¿Qué tienen en común Rueda, Mañueco y Mazón? Que cuando el territorio sufre una emergencia, la respuesta ha sido relato y gesto. Tres presidentes del PP con una pauta que se repite: foto, titular y, luego —si acaso— planificación. Este verano nos lo ha recordado sin rodeos: nuestras montañas arden en Galicia y en Castilla y León; y en el Paı́s Valencià, cuando no fue el fuego, es el agua de una DANA que expone debilidades de gestión (y negligencias) en horas. Como servidor público apelo al mandato de traducir las lecciones de cada emergencia en normas, presupuestos y evaluaciones públicas; una tarea que los gobiernos del PP han desatendido.
Los incendios tienen dos formas de gestionarse: o se trabaja previniendo todo el año o a última hora. La primera es menos vistosa pero eficaz: empleo estable y digno en el operativo, selvicultura preventiva, cortafuegos y actuaciones in situ, mosaicos agroforestales, apoyo a la ganaderı́a extensiva y tecnologı́a que avise antes de que el humo asome. La segunda es vistosa pero ineficaz: contratos temporales, “bajar niveles” a golpe de rueda de prensa, culpar al gobierno central o helicópteros para la foto y a cruzar los dedos.
Rueda y Mañueco han optado por ese atajo: menos músculo permanente y más maquillaje. Resultado: hectáreas de destrucción, pueblos en vilo y equipos exhaustos. No es mala suerte: es mala política. Cuando la prevención falla en febrero, se paga en agosto.
El método en riesgos climáticos tiene nombre: prevención, mantenimiento y datos abiertos
Lo hemos visto una vez más: las fake news como herramienta política. Vídeos de hace años haciéndose pasar por “de hoy”, teorías de la conspiración sobre intereses o rayos y el comodín de culpar a quien no tiene culpa. ¿Para qué sirven? Para desviar la conversación de la pregunta clave —“¿qué hicisteis para prevenir y resolver el incendio?”— y evitar explicar por qué no hay personal suficiente ni monte cuidado. El problema es que la desinformación también quema: deteriora la confianza social y desarma a los equipos.
La DANA nos recordó todo lo malo. Y no perdonó improvisaciones. Si no se reordena el territorio, si no se protegen los cauces, si no se planifican drenajes ni medidas de adaptación, el dı́a que vuelva la lluvia todo volverá a depender de emergencias y voluntarismo. No lo podemos permitir. El método en riesgos climáticos tiene nombre: prevención, mantenimiento y datos abiertos. Este modelo está obsoleto y requiere (como dicen los expertos) un nuevo modelo de ordenación territorial compatible con la emergencia climática que vivimos.
Tres presidentes, un mismo problema
- Misma cultura del corto plazo: el “ya lo arreglaremos” en polı́tica climática acaba fallando.
- Mismo protagonismo del titular: la gestión se mide por presupuestos ejecutados y resultados, no por presentaciones.
- Mismo desapego a la evidencia científica : si el criterio experto incómoda, se hace caso omiso ; si se puede desoı́r: se urbaniza sin adaptación ni sentido común.
- Mismo ruido para ocultar déficits: sin prevención aparecen bulos y se diluye la rendición de cuentas. Y en ese caos ganan los irresponsables.
Nuestro modelo
Nuestro trabajo no se queda en el discurso. Desde IU y Sumar trabajamos por un cambio de modelo. Hemos hecho propuestas. Y también combatido en las calles e instituciones la irresponsabilidad climática. Por ejemplo recurriendo la reforma de la Llei de l’Horta impulsada por el Gobierno de Mazón, porque debilita protecciones esenciales para la resiliencia climática de València. L’Horta no es un solar: es paisaje productivo, patrimonio y un escudo verde frente a inundaciones. Además, venimos promoviendo iniciativas legislativas para un cambio de modelo en la gestión de emergencias y la prevención de catástrofes naturales.
Y donde gobernamos, respaldamos con hechos a los bomberos y a la prevención: profesionalización, refuerzo de medios y planificación anual. Ese es el estándar que defendemos para todo el territorio.
Lo que hay que hacer (de verdad)
- Operativos 12 meses: empleo estable, formación continua y liderazgo técnico, no polı́tico. No se “rebajan” alertas por estética.
- Presupuesto que se vea: ejecución al 100% y publicación mensual de trabajos —qué se ha realizado en prevención, dónde y con qué resultado—.
- Selvicultura viva: mosaicos agroforestales, pastoreo, limpieza regular, cortafuegos mantenidos y sensores/cámaras para detección temprana (apoyo real a la ruralidad).
- Coordinación seria: Protección Civil, UME y red europea rescEU cuando toque, con planes previos y protocolos claros.
- Cortar los bulos desde lo público: verificación oficial, alertas rápidas y tolerancia cero a la desinformación institucional.
- Adaptación al clima: drenajes, ordenación del suelo, protección de cauces y urbanismo con mirada climática (planificación territorial verde).
Un acuerdo útil y verificable
Debemos abordar de inmediato un pacto de estado frente a las emergencias climáticas, entre Gobierno, comunidades y entidades locales. Tres compromisos claros: evaluación independiente anual de prevención e incendios/inundaciones; financiación finalista ligada a resultados verificables; portal único de datos abiertos con cartografías, cronogramas y auditorias públicas. E invitamos a los gobiernos del PP a sumarse sin eslóganes y más garantías medibles.
Que nadie se confunda: esto no va de simpatı́as; va de proteger vidas, hogares y territorio. Trabajemos con los pies en el suelo y el calendario en invierno, no en agosto. Menos foto y más territorio; menos rueda de prensa y más drenaje; menos ruido y más resultados. Nos jugamos la vida.
SOBRE LA FIRMA:
Nahuel González López es diputado del Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar en el Congreso por Valencia










