Unión Europea – Mercosur: el eterno desencuentro

Ignacio Uriarte, asesor parlamentario, llama a no alimentar las teorías negacionistas y aislacionistas de los extremos políticos populistas sobre la Alianza que posibilitaría un mercado de 770 millones de personas y convertiría a Europa en la mayor potencia comercial con América Latina

El Presidente francés Emmanuel Macron acaba de realizar una visita oficial a Brasil donde ha estado acompañado del Presidente de la República Federativa Brasileña, Lula da Silva. Tres días de reuniones bilaterales con una inmensa carga simbólica: se reunían los dos líderes más involucrados en el pendiente Acuerdo UE-Mercosur. Lula da Silva como gran defensor del acuerdo desde la orilla latinoamericana y Macron como el actual responsable de su paralización.

Repaso de los acontecimientos

A mediados de los años 90 se inició un inmenso sueño geopolítico que hoy no consigue hacerse realidad. Anticipándose a la complejidad global que vivimos, la Unión Europea y el Mercado Común del Sur (Mercosur) compuesto por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y recientemente Bolivia, idearon la mayor alianza comercial que existe en el mundo.

Los Acuerdos Comerciales de la Unión Europea son la herramienta más poderosa de política exterior que tiene Bruselas. En este caso, la Alianza con Mercosur supondría convertir a Europa en la mayor potencia comercial con América Latina, creando un mercado conjunto de más de 770 millones de personas con un PIB de 18 billones de euros. Con este avance, Europa lograría acuerdos comerciales con el 94% del PIB latinoamericano frente al 44% de EE. UU. y el 14% de China.

¿Qué quiere ser Europa ante el nuevo orden mundial que se está estableciendo?

Miles de puestos de trabajo en Europa dependen de la estabilidad de la política comercial que se desarrolle. Además, es innegable que, en un mundo con el actual, inmerso en una reconfiguración del orden económico global tras la pandemia del COVID-19 y la crisis energética y alimentaria, consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania, Europa lograría una posición geopolítica crucial respecto a una región ambicionada por Washington y Pekín.

Bajas expectativas

El Acuerdo UE-Mercosur es innovador respecto a otros acuerdos interregionales en el mundo. Incluye tres pilares estructurales: la ambiciosa dimensión comercial y los complementarios pilares del diálogo político y de cooperación internacional que lo convierten en una alianza de asociación única en el mundo.

A través de esta alianza, la UE podría lograr además la convergencia de objetivos compartidos con otros pactos que ya tiene en la región con mecanismos como la Alianza del Pacífico, la Comunidad del Caribe (CARICOM), la Comunidad Andina (CAN) o el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), impulsando un espacio común de intercambio desde el que promueva el desarrollo económico, social y democrático de toda América Latina.

Los últimos escollos que ha sufrido el Acuerdo han surgido del lado europeo más que de la orilla latinoamericana, especialmente del Gobierno francés. Las optimistas expectativas que se generaron con la confluencia de la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea con la Presidencia Brasileña del MERCOSUR en 2023 generaron una nueva decepción al término de sus mandatos. Las nuevas direcciones de Bélgica y de Paraguay respectivamente, no auguran un refuerzo de los impulsos negociadores por cerrar el Acuerdo.

Por otro lado, la celebración de las elecciones europeas en junio de 2024 pone de relieve los aspectos más delicados del Acuerdo porque se amplifican las dudas legítimas entre los gobiernos de Estados Miembro como Francia y Países Bajos. Dudas que deben resolverse para no alimentar las teorías negacionistas y aislacionistas de los extremos políticos populistas.

Protestas agrícolas

Los agricultores franceses y tras ellos, los de media Europa, han evidenciado en las últimas semanas un profundo descontento con la sobrerregulación de su sector y la velocidad de las exigencias europeas medioambientales con el impacto que generan en la competitividad de los productos agrícolas.

Este es un tema que genera una fuerte discusión interna entre los propios productos de los Estados Miembro pero que en Francia se orientó hacia el Acuerdo con Mercosur hasta el punto de que el Primer Ministro francés, Gabriel Attal, rechazó explícitamente continuar con el Acuerdo para apaciguar las protestas en París. Y Macron lo ha reiterado estos días.

La Alianza supondría crear un mercado conjunto con más de 770 millones de personas

Lograr un Acuerdo que implica a tantos países europeos y latinoamericanos, que tiene unas evidentes consecuencias políticas en el planeta, que requiere de una compleja aprobación en función de las competencias compartidas o exclusivas de la UE y hacerlo además en época electoral, parece imposible.

Los mayores defensores del Acuerdo, como pueden ser Alemania y España, además de la propia Comisión, hacen hincapié en la fortaleza del capítulo medioambiental del Acuerdo y de la previsión de sanciones en caso de no cumplir las estrictas normas que están la Unión Europea, ahondando en las llamadas clausulas espejo.

Echar el freno

En el imaginario colectivo está ganando peso la visión proteccionista y temerosa respecto al Acuerdo en vez de la postura ambiciosa y de beneficios colectivos que puede generar para las distintas economías nacionales y también para todos los productores europeos. Es posible que la comunicación y la pedagogía estén fallando más que las intensas conversaciones jurídicas que están teniendo los negociadores.

Considero que la rápida y exigente evolución de las políticas restrictivas para acelerar la transición ecológica tampoco han ayudado a facilitar la adaptación de los sectores primarios de la economía. Por todo esto, sin el apoyo de la ciudadanía, es mejor no forzar más su aprobación. Una vez que pasen las elecciones, la nueva Comisión y el nuevo Parlamento Europeo deberían iniciar una estrategia que explique los beneficios de este histórico Acuerdo a los ciudadanos europeos y ofrezca mayor seguridad sobre las repercusiones negativas en las economías nacionales.

La pandemia y los conflictos geopolíticos, especialmente los vinculados a China, Rusia y ahora a Oriente Medio con el Mar Rojo, han impulsado la posición europea para lograr un fortalecimiento del espacio de seguridad y defensa, así como una “autonomía estratégica abierta” que reduzca la dependencia de bienes fundamentales que requieren nuestras cadenas producción.

Por un espacio común

Lejos de una idea trumpista de cierre del libre mercado, Europa debe lograr espacios seguros y confiables de comercio que garanticen los suministros básicos sin depender de los intereses geoestratégicos de Rusia y China.

Ese espacio seguro puede ser la unión comercial entre América Latina y Europa, es económicamente beneficiosa para ambos lados y junto a políticas de defensa de la Democracia, la separación de poderes, el Estado de Derecho y el impulso de políticas de cooperación internacional permitirán un fortalecimiento institucional en la región y espacio de garantías en bienes para la Unión Europea.

La dificultad de culminar el Acuerdo UE – MERCOSUR refleja el complejo sistema de toma de decisiones en la Unión que deberá redefinirse para ser eficaz en el futuro

No hay más que ver el interés que tiene EEUU, que presentó la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas en 2022, y las últimas inversiones estratégicas Chinas como el nuevo Puerto Comercial en Perú, para darse cuenta de la oportunidad que no puede desaprovechar Europa.

La invasión de Rusia a Ucrania ha supuesto una atención renovada de Europa hacia América Latina que permite asegurar otra autonomía estratégica que equilibre la dependencia de otras zonas del planeta.

El pasado 24 de enero de 2024, los Cancilleres de los países del MERCOSUR firmaron en Paraguay una declaración conjunta confirmando “que será prioridad concluir los aspectos pendientes de las negociaciones con la Unión Europea y alcanzar la firma de un acuerdo equilibrado para ambas partes a la brevedad posible.” Importante gesto tras las dudas generadas con el cambio de Gobierno en Argentina.

A la espera de las urnas

Ahora, el reto está en Europa y no parece, al menos hasta después de las elecciones europeas de junio y de la conformación de una nueva Comisión Europea, que puedan darse los avances que culminen con esta histórica negociación.

En cualquier caso, la dificultad de culminar el Acuerdo UE – MERCOSUR refleja el complejo sistema de toma de decisiones en la Unión Europea que, antes de dificultarse aún más con una futura ampliación de los 27 países, deberá redefinirse para ser eficaz en el futuro. ¿Qué quiere ser Europa ante el nuevo orden mundial que se está estableciendo? Esa será la gran pregunta a responder en las elecciones europeas del 9 de junio.

La comunicación y la pedagogía están fallando más que las conversaciones jurídicas entre los negociadores

Macron por el contrario, propone desde Brasil empezar el Acuerdo UE-MERCOSUR desde cero. Además de ser una solución improvisada que busca enmendar su interesado e irracional bloqueo desde el lado europeo, permitirlo sería declarar como ineficaces 20 años de negociaciones y empezar un nuevo debate donde sólo el populismo puede salir beneficiado. Una idea populista para no afrontar un Acuerdo hiper complejo pero necesario.

Europa debe tener clara la relación geoestratégica que quiere tener con América Latina y este debe ser uno de los vectores de acción política de España en la Unión Europea.

SOBRE LA FIRMA 
Ignacio Uriarte es asesor parlamentario de la secretaria cuarta de la Mesa del Congreso y ha sido diputado durante la IX y la X Legislaturas (2008-2011) y (2011-2015). Cuenta con más de 20 años de experiencia en el ámbito del desarrollo social e internacional, especialmente desde el análisis geopolítico y el impulso de la cooperación internacional como instrumento de las relaciones internacionales para el fortalecimiento de las democracias. Ha sido Director de planificación y evaluación del organismo multilateral que impulsa el diálogo político entre los 22 países iberoamericanos (2015-2023).
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