Poco ha durado el vuelo de la propuesta del Gobierno para incrementar la cuota de autónomos a partir de 2026. Los socios del Ejecutivo, incluido su compañero monclovita, Sumar han frenado en seco la pretensión de la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, quien ha intentado apaciguar la marea de críticas, pero no ha podido. Y sin el bloque de investidura, la propuesta no podría prosperar.
La reforma debe tener rango legal, esto es, vía Real Decreto-ley o proyecto de ley. Es decir, requerirá de una mayoría parlamentaria que no tiene. Por no hablar del rechazo fuera del hemiciclo. Asociaciones y organizaciones como ATA, UPTA y UATAE se han pronunciado en contra y exigido mayor protección para los autónomos con ingresos más bajos. Sin su aval y sin una mayoría parlamentaria, la tarea de Saiz se antoja harto complicada.
La propuesta que tanto revuelo ha generado incrementaría la cuota mensual de los autónomos entre 17,37 y 206,24 euros. La cuota mínima para 2026 sería de 217,37 euros para quienes declaren rendimientos inferiores a 670 euros. Para aquellos cuya facturación oscile entre 671 y 900, la cuota mínima pasaría a 234,85, y seguiría aumentando los años siguientes. Para ingresos netos entre 901 y 1.166, la cuota inicial se elevaría de 260 a 271,24.
Las críticas no tardaron en aflorar. El socio minoritario del Gobierno, Sumar, cargó contra una propuesta que consideran “poco progresiva”, tal y como argumentó la portavoz parlamentaria del Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar. Verónica M. Barbero llegó a tacharla de “problema” por ser un “desincentivo” al emprendimiento. “Tenemos que cuidar a los pequeños autónomos y sobre todo a aquellos que empiezan a emprender, a los que cobran menos”, abundó.
Tampoco gustó a En Comú ni a Compromís. “No es justa”, lamentó Aína Vidal; mientras Alberto Ibáñez habló de “error”.
Más crudo fue el portavoz parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Gabriel Rufián, quien la tildó de “burrada”. Y Junts no iba a ser menos. Su portavoz en el Congreso, Miriam Nogueras, rechazó de pleno cualquier apoyo de su grupo a las subidas de cuota de autónomos alegando que “ahogan a la clase media de Cataluña”.
En declaraciones a Demócrata, EH Bildu también advierte que no apoyarían esta propuesta. “Mantenemos la posición que ya adoptamos cuando se debatió y votó el Real Decreto-ley (13/2022) que establecía el nuevo sistema de cotización y directrices para los autónomos, el cual no apoyamos porque no aseguraba la proporcionalidad ni progresividad en las cuotas”, dicen desde la izquierda abertzale. En aquel momento, no obstante, su voto fue abstención.
EH Bildu lamenta que la actual propuesta deslizada por Elma Saiz “establece las cuotas mediante un sistema que castiga a los autónomos y autónomas que menos ingresos tienen, mediante una progresividad inversa que premia y beneficia a los mayores ingresos”; por lo que “la rechazamos y abogamos por un sistema justo que haya pagar más a quien más tiene y alivie a quien tiene dificultades”.
En la misma tónica se mueve el diputado del BNG, Néstor Rego, quien en declaraciones a Demócrata lamenta que “basta ya de asfixiar a las personas autónomas”. “Que alguien que gana 500 euros tenga que pagar 200 es una barbaridad. El BNG no solo se opondrá, sino que defenderá reducir cuotas a los tramos más bajos”, precisa.
El único que aún no se ha pronunciado es el PNV. Fuentes consultadas admiten que lo están estudiando y aún no tienen valoración al respecto.
Ante tal maremágnum de reproches, la ministra ha pedido “tranquilidad” y “sosiego”. Si bien no ha manifestado intención alguna de dar marcha atrás a la reforma, ha explicado que no es más que una propuesta inicial presentada ante sindicatos y patronal en la mesa de diálogo social, por lo que necesita de “reflexión”.
Además, Saiz ha justificado que se plantean otras cosas adicionales, como vías para mejorar las condiciones de cese de actividad de autónomos o la equiparación de permisos de paternidad y maternidad.