Para el año 2026, la Consejería de Bienestar Social dispondrá de un presupuesto de 953,11 millones de euros, que representa un aumento de 40,9 millones respecto al año anterior. Este incremento presupuestario tiene como objetivo principal reforzar el modelo de bienestar social impulsado por el Gobierno de Emiliano García-Page desde 2015, con especial atención a los sectores más vulnerables de la población de Castilla-La Mancha, incluyendo las áreas rurales.
Antes de su intervención en la comisión de Economía y Presupuestos de las Cortes, la consejera Bárbara García Torijano, destacó que desde 2015, el Gobierno ha destinado más de 9.550 millones de euros en políticas sociales. “la superación de recortes que se produjeron en el 2011 son ya una realidad”, afirmó, añadiendo que este es el “mayor presupuesto de la historia en bienestar social”. Según Torijano, este presupuesto busca eliminar desigualdades entre las diferentes zonas y prestar apoyo a los más desfavorecidos, destinando “2,6 millones de euros cada día para atender a las personas”.
La consejería está utilizando 130,4 millones de euros de fondos europeos, ampliados con fondos propios, para desarrollar numerosos proyectos en la región. Para el próximo año, se prevé la inauguración de siete nuevas residencias que sumarán aproximadamente 700 plazas. También se completarán obras significativas en centros para mayores en diversas localidades.
Además, se destacan otros proyectos para 2026 como el nuevo centro TEA en Orgaz y el crecimiento del programa SEPAP-MejoraT. La Atención Temprana también se expandirá, superando los 70 centros y beneficiando a más de 8.000 niños. “Queremos que siga siendo un modelo universal, gratuito y sin listas de espera”, aseguró Torijano.
Al 30 de septiembre, la ejecución presupuestaria alcanzó un 82,4%, lo que equivale a 765,8 millones de euros, un aumento del 2% respecto al año pasado.
Críticas políticas
Iván Sánchez de Vox criticó el presupuesto como “un nuevo ataque al bienestar social”. Por su parte, José Antonio Martín-Buro del PP destacó que los presupuestos demuestran un modelo “ineficaz y profundamente injusto”. En contraste, Pablo Camacho del PSOE defendió los presupuestos como centrados en el progreso social y en evitar que “ningún ciudadano ni ciudadana se quede atrás”.











