Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha declarado durante una sesión de la Asamblea de Madrid que sería desfavorable tener un ‘efecto expulsión’ en el ámbito migratorio y ha estimado en un 7% la repercusión de la migración en el mercado de la vivienda.
La interpelación ha venido por parte de Isabel Pérez Moñino, portavoz de Vox, quien en un debate sobre vivienda ha criticado que este mercado beneficie a extranjeros mientras penaliza a los residentes locales. Ayuso, por su parte, ha defendido la acogida de una migración ‘vinculada al trabajo, ordenada, donde se cumpla la ley, el orden y las fronteras’. ‘Alguien tendrá que limpiar en sus casas, alguien tendrá que recoger sus cosechas y alguien, señoritos de Vox, tendrá que poner los ladrillos de las casas’, ha expresado Díaz Ayuso.
La líder madrileña también ha censurado la postura de Vox por bloquear, junto con el PSOE y otros grupos de izquierda, importantes proyectos urbanísticos en Madrid durante la anterior legislatura. Ha vinculado esta situación con la moción de censura en el Ayuntamiento de El Boalo-Cerceda-Mataelpino, que contó con el apoyo de un concejal de Vox que se desvinculó del partido.
Vox ha calificado a Ayuso de tener una visión de Madrid ‘cosmopaleta y cutre’ y ha insinuado que la presidenta prioriza intereses externos, como Miami, sobre los locales como Alcorcón. Ante esto, Ayuso ha reprendido a Vox por intentar ‘ofender a los hispanos’ con sus comentarios sobre Miami.
Finalmente, Ayuso ha enfatizado que el 93% de las transacciones inmobiliarias en Madrid son realizadas por españoles y ha criticado la falta de construcción de nuevas viviendas y el estancamiento de los salarios bajo un contexto económico dominado por el socialismo. Ha concluido mencionando que desde el Partido Popular se están impulsando 32 nuevos desarrollos urbanísticos y 280.000 nuevas viviendas, representando el 53% de la vivienda protegida en España.
Por su parte, Isabel Pérez Moñino ha acusado tanto al PP como a la izquierda de ‘traicionar a los barrios’ y ha cuestionado la ausencia de 25.000 viviendas prometidas a los madrileños, al tiempo que defendía la integridad de los barrios frente a intereses de élites internacionales.











