La asociación agraria Apag Extremadura Asaja ha alertado sobre la crítica situación que enfrenta la ganadería ovina en la región a causa de la lengua azul, solicitando compensaciones urgentes.
La entidad expresa su profunda preocupación por el estado de la ganadería ovina en el sector este de la provincia de Badajoz, colindante con las provincias de Córdoba y Ciudad Real, afectada por la enfermedad de la lengua azul.
Conforme a un comunicado de APAG Extremadura Asaja, recientemente se han observado numerosas granjas gravemente afectadas, con casos de mortalidad en animales a pesar de estar vacunados, y otras donde no se ha completado la vacunación de los cuatro serotipos, junto con otras particularidades aún pendientes de resolución.
La organización advierte que la enfermedad continúa su expansión de este a oeste y, de persistir esta tendencia, el sector podría enfrentarse a un verdadero desastre, poniendo en riesgo la supervivencia de las zonas rurales ya afectadas por la despoblación y las dificultades del sector.
Ante este panorama, Apag Extremadura Asaja exige a las autoridades un seguimiento riguroso en las granjas afectadas para entender por qué se producen estos brotes incluso con vacunación completa, y una investigación científica urgente para esclarecer esta situación excepcional provocada por la enfermedad.
Además, solicitan la identificación y registro de todas las granjas impactadas para determinar con precisión el alcance del problema, y un compromiso claro de compensación por las pérdidas sufridas, tanto por la mortalidad de animales como por las pérdidas económicas indirectas que enfrentan los ganaderos, indica APAG.
La entidad subraya que los profesionales del sector ovino han estado luchando por mantener a flote una industria clave para la economía y la vida rural, advirtiendo que una crisis sanitaria de esta escala, sin respaldo ni indemnizaciones, podría significar la desaparición del sector en muchas áreas de Extremadura.
Finalmente, Apag Extremadura Asaja declara que no tolerarán que los ganaderos sean abandonados a su suerte, instando a medidas inmediatas para controlar esta enfermedad y salvaguardar el medio de vida de cientos de familias que dependen de la ganadería ovina, concluye.