Los incendios en Ourense han afectado severamente diversas industrias, incluyendo la apicultura. Con colmenas destruidas y áreas de polinización consumidas por las llamas, algunos apicultores están pensando en mover sus abejas a otras regiones o incluso a provincias vecinas dado que ‘no tienen donde comer’.
David Souto, propietario de Abella Obreira, mencionó a Europa Press que tras el incendio en el valle de Monterrei, perdió cerca de 70 colmenas y señaló que las condiciones para el traslado no son las ideales, ‘no es lo mismo trasladarlas de noche que de día, las abejas van a menos’.
Souto también explicó que los daños son ‘mucho mayores’ y que el bosque podría tardar ‘por los menos dos años en regenerarse’. ‘Por mucho que las alimentes artificialmente, la fauna y el bosque de aquí es lo mejor, pero hay que buscar soluciones para que resistan al invierno’, subrayó.
El objetivo de Souto es mover las abejas fuera de la provincia, a pesar de las posibles consecuencias negativas para el ecosistema. ‘Sin las abejas el bosque va a tardar más de dos años en recuperarse porque ellas polinizan, por eso tendrían que darnos ayudas para conservarlas en el monte quemado’, destacó.
Desde Apicola Josean, reportaron una pérdida de aproximadamente 50 cajas en Riós y ahora se enfrentan al desafío de alimentar a las abejas restantes en un entorno devastado. ‘Se va a mermar la calidad, la cantidad, merma todo’, declararon desde la empresa.
Un apicultor de Cualedro relató que perdió dos colmenares en el incendio, uno con 45 y otro con 20 cajas, y ahora su prioridad es salvar las pocas abejas supervivientes que son ‘más débiles’ y ‘más vulnerables’ a enfermedades como la varroa y la velutina.
Xavier Sotelo de Labrega Mel en A Pobra de Trives comentó que el humo ‘estresa a las abejas y dejan de trabajar’. ‘Su respuesta es meterse dentro y comer miel por si tienen que escapar, en el caso de que llegue el fuego’, explicó. Además, informó que muchas abejas no han volado debido al ‘miedo’, afectando la cosecha actual.
En Outeiro Calvo, Miel Casa Merche indicó que aunque el fuego solo rozó las colmenas, las abejas pecoreadoras han muerto dejando a las nodrizas y la reina debilitadas sin comida. Han decidido permitir que se alimenten con las reservas de miel ya que ‘no van a recoger este año’.
Mel Aialma reportó que se quemaron 150 colmenas en Souteliño, Laza. ‘La que no esté tocada en 15 días lo estará, porque en un radio de cinco a siete kilómetros no hay nada’, enfatizó un trabajador, quien también pidió a la Administración autonómica que limpie los montes y regenere el área rural. ‘No son solo colmenas, ardió toda la naturaleza’, concluyó.