El índice PMI del sector manufacturero español mostró un incremento en junio, alcanzando los 51,4 puntos desde los 50,5 del mes anterior, marcando así el nivel más alto registrado durante el año actual, de acuerdo con datos de S&P Global.
Este ascenso en el PMI se sustentó en gran medida por un robusto crecimiento de la producción, que presentó su aumento más destacado desde diciembre de 2024. Este avance se vio impulsado parcialmente por un incremento en los volúmenes de nuevos pedidos, que experimentaron crecimiento después de cuatro meses de reducción.
A pesar de ello, el crecimiento fue leve y se vio impactado por un nuevo descenso en los pedidos de exportación debido a las incertidumbres sobre los aranceles.
Aunque la confianza alcanzó niveles no vistos desde febrero, la visión a futuro sigue siendo moderadamente incierta, en especial por la política comercial estadounidense y su influencia en la economía global, lo que lleva a las compañías a adoptar una postura cautelosa en sus estrategias de compra, prefiriendo usar sus existencias siempre que sea posible.
En cuanto a los precios, se observó una ligera reducción en los costos de los insumos en junio, motivada por la disminución de la demanda sobre los precios de los productos y el efecto de la fortaleza del euro.
"En el mes de junio se observaron ligeras mejoras en el sector manufacturero español", indicó Jonas Feldhusen, economista junior de Hamburg Commercial Bank, quien considera que este aumento del PMI podría señalar el comienzo de una recuperación, aunque la continuidad de esta tendencia en los meses siguientes será crucial para confirmar su durabilidad.
De cara al futuro, Feldhusen resalta ciertos elementos que podrían beneficiar al sector, como las reducciones de tasas de interés por el BCE, las iniciativas de la UE para disminuir las cargas regulatorias y los nuevos requisitos de gasto de la OTAN que demandan un aumento de los presupuestos de defensa hasta el 5% del PIB para 2035.
Con todo, Feldhusen advierte que riesgos externos como la política comercial de Estados Unidos y sus repercusiones indirectas podrían influir negativamente en las proyecciones de las exportaciones españolas, mientras que un incremento del conflicto en Oriente Próximo y un posible aumento en el precio del petróleo, podrían incrementar los costos de los insumos.