Ante la reciente decisión de Estados Unidos de aplicar aranceles del 50% a los productos brasileños, el Banco Central de Brasil ha optado por mantener una estrategia de política monetaria agresiva, con tasas de interés elevadas por un tiempo ‘muy prolongado’. Esta medida será efectiva a partir de este miércoles.
Según las actas de la última reunión del comité de política monetaria, que tuvo lugar hace una semana, el banco ha decidido no alterar la tasa Selic, actualmente en un 15%, su cifra más alta desde 2006. El principal objetivo es dirigir la inflación hacia un nivel próximo a su objetivo del 3%.
‘El escenario actual se caracteriza por expectativas de inflación desancladas, proyecciones de inflación elevadas, resiliencia de la actividad económica y presiones en el mercado laboral. Garantizar la convergencia de la inflación a la meta en un entorno con expectativas desancladas requiere una política monetaria significativamente contractiva durante un período muy prolongado’, argumenta.
El comité anticipa que podría pausar el ciclo de incremento de las tasas para evaluar los efectos acumulativos de las decisiones previas, aunque señala que las futuras acciones de política monetaria ‘podrán ajustarse’ en función de las circunstancias, ya sea aumentando o reduciendo las tasas.
En junio, la inflación en Brasil alcanzó un 5,35% interanual, impulsada por el aumento en los costos de energía. El banco central estima que la inflación se posicionará en 4,9% para finales de 2025, en 3,6% para 2026 y se mantendrá en 3,4% durante el primer trimestre de 2027.