El Banco de Colombia, la entidad central del país, promueve una política monetaria cautelosa para facilitar la reducción continua de la inflación y alcanzar el objetivo del 3% en los próximos dos años.
La junta directiva mantiene una postura cautelosa de la política monetaria, compatible con la convergencia de la inflación hacia la meta del 3% en los próximos dos años y con la recuperación gradual del crecimiento económico, según se expresa en su Informe de Política Monetaria de julio.
En su más reciente reunión sobre política monetaria, que tuvo lugar hace una semana, el banco central decidió no modificar la tasa de los tipos de interés, manteniéndola en el 9,25%.
La inflación anual se registró en el 4,8% en junio, inferior al 5,1% de meses previos, gracias a la reducción en las tarifas eléctricas, un dólar más barato y una mejor oferta de alimentos.
A pesar de esto, los precios de los productos colombianos siguen estando por encima de lo previsto por el Banco de Colombia debido al aumento en los costos de alimentos, servicios y precios internacionales de algunos bienes.
El informe señala que con una política monetaria prudente y en ausencia de fuertes aumentos de los costos laborales, se espera que la inflación continúe reduciéndose gradualmente y alcance la meta del 3 % en los próximos dos años.
La reducción de la inflación podría verse afectada por varios riesgos, incluidos aumentos significativos de los costos laborales, incrementos en las tarifas de gas y cambios futuros en la tasa de cambio en un entorno de deterioro de las finanzas públicas del país y elevada incertidumbre internacional.
El organismo refiere también a la suspensión de la cláusula de escape de la regla fiscal, incluida en el Marco Fiscal de Mediano Plazo presentado en junio, con el objetivo de ajustar la ruta fiscal para el período 2025-2027. El presupuesto proyectado para el año 2026 anticipa un déficit fiscal del 6,2% del PIB.