El Ayuntamiento de Barcelona, representado por Jordi Valls, cuarto teniente de alcalde de Economía, ha desestimado la solicitud de los hoteleros de la ciudad de conservar ciertos pisos turísticos para el año 2028, fecha en que se prevé la prohibición de las licencias para este tipo de hospedajes vacacionales.
En un debate sobre la gestión turística en la ciudad, moderado por la periodista Glòria Marín y enmarcado en el ciclo ‘Fer metròpoli, Barcelona 2030’, Jordi Clos, presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, propuso eliminar únicamente aquellos pisos que operan de forma individual y que, en su opinión, no cumplen con las normativas vigentes. Sin embargo, Valls reafirmó su posición negativa, destacando que el Tribunal Constitucional ha validado la normativa actual y que el principal desafío de Barcelona es mejorar el acceso a la vivienda, reincorporando estos inmuebles al mercado inmobiliario.
«No entendemos que plataformas como Airbnb ofrezcan cosas ilegales y que no les preocupe que lo que ofrecen sea legal o no. Pese a ello, quiero afirmar que el problema de la vivienda no es solo de pisos turísticos, si no que tenemos un problema de oferta», señaló Valls.
TASA TURÍSTICA
Un tema importante abordado en el debate fue el incremento de la tasa turística en los últimos años, con una previsión de aumento hasta un máximo de 15 euros por persona. Clos comentó que la tasa «ha tocado techo» y que un incremento adicional podría debilitar la competitividad global de Barcelona. «La tasa para el usuario que viene a Barcelona a pasar el fin de semana será asumible, pero nos preocupa que aquella empresa que viene a un congreso y tiene que reservar 20 habitaciones de hotel vea que le sale demasiado caro», explicó.
Por su parte, Valls mencionó que la decisión sobre un nuevo aumento de la tasa turística se debate actualmente en el Parlament y que la clave del impuesto es su correcta utilización: «No será un impuesto disuasivo dependiendo del límite que pongamos, pero hemos visto que desde el 2012 hasta ahora el turismo no se ha desincentivado».
IMAGEN DE LA CIUDAD
En cuanto a la promoción de la imagen de Barcelona, el teniente de alcalde subrayó que no debe ser una tarea exclusiva del sector privado. «La promoción va vinculada a la imagen de la ciudad y no puede estar hecha solo por la privada. Todos queremos mejorar la calidad del turismo y debemos tener porcentajes equilibrados entre el tipo de actividades como las culturales, las científicas, el visitante que viene de congresos o el de playa», afirmó.
En contraste, Clos destacó la necesidad de descentralizar el turismo de la capital catalana y de recuperar la reputación del sector: «Se hace colaborando con el Ayuntamiento con recursos para hacer que nuestro ciudadano y los visitantes entiendan que Barcelona es una ciudad donde el turismo es sostenible».
















