La CNMV ha confirmado este jueves que la OPA lanzada por BBVA sobre Banco Sabadell ha sido aceptada por apenas un 25,33% del capital social de la entidad catalana, lejos del umbral del 50% que el mercado consideraba necesario para garantizar el éxito de la operación. El resultado supone un revés claro para el banco presidido por Carlos Torres Vila, que buscaba crear el segundo gran grupo financiero español.
BBVA no alcanza el control sobre Sabadell y se enfrenta a un escenario incierto
Según los datos oficiales, la oferta pública de adquisición ha sido aceptada por 1.272 millones de acciones, equivalentes al 25,33% del capital y al 25,47% de los derechos de voto de Banco Sabadell.
La cifra queda muy por debajo de las previsiones más optimistas, que situaban la aceptación entre el 30% y el 50%, y aleja a BBVA de su objetivo de controlar el banco catalán sin necesidad de lanzar una segunda OPA.
El mercado da por hecho una segunda oferta, previsiblemente en efectivo
Fuentes financieras consultadas por Demócrata señalan que BBVA podría verse obligado a plantear una nueva oferta en las próximas semanas, posiblemente en metálico, para convencer a los accionistas minoritarios y fondos internacionales que rechazaron el canje inicial de acciones.
De acuerdo con el análisis de la firma XTB, la probabilidad de que BBVA tenga que lanzar una segunda OPA ronda el 70%, con un precio similar al ofrecido en la primera fase.
Sabadell gana tiempo y refuerza su posición como entidad independiente
El bajo nivel de aceptación refuerza temporalmente la posición del consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, y del consejo del banco catalán, que desde el inicio mostraron su rechazo frontal a la operación.
Fuentes del sector interpretan el resultado como una victoria táctica para Sabadell, que conserva su independencia y gana margen para negociar desde una posición de fuerza si BBVA decide insistir.
La CNMV vigila el proceso y descarta manipulación
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha comunicado los resultados sin detectar incidencias significativas ni indicios de manipulación.
No obstante, el regulador mantendrá la vigilancia sobre los movimientos en el mercado ante una eventual segunda oferta o ante posibles operaciones de recompra de acciones por parte de BBVA.