La Comisión Europea ha lanzado una serie de medidas destinadas a fomentar la ‘plena integración’ de los mercados financieros europeos, entre las que se incluyen la simplificación y la eliminación de barreras regulatorias, así como otorgar más poderes a la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) para centralizar la supervisión de estos mercados.
Con el objetivo de abordar las ‘incoherencias y complejidades’ que supone la fragmentación de los sistemas de supervisión nacionales, Bruselas propone transferir la supervisión directa de entidades como cámaras de contrapartida y centros depositarios de valores a la ESMA. Esto se enmarca en una estrategia para mejorar el control y facilitar las operaciones transfronterizas.
La propuesta, que aún debe ser discutida y aprobada por los 27 estados miembros y el Parlamento Europeo, surge como respuesta a la baja competitividad de los mercados financieros de la UE, que en 2024 registraron una capitalización bursátil del 73% del PIB de la UE, en comparación con el 270% en Estados Unidos.
La comisaria de Servicios Financieros y Unión de Ahorros e Inversiones, Maria Luís Albuquerque, ha enfatizado que ‘La integración del mercado no es un ejercicio técnico, sino un imperativo político para la prosperidad de Europa y su relevancia mundial’.
Además, se aboga por la eliminación de obstáculos regulatorios que limitan la innovación, con especial atención en la tecnología de registro descentralizado (DLT), y se propone la creación de un ‘operador paneuropeo del mercado’ para simplificar las licencias y estructuras corporativas.
LA ESMA CELEBRA LA SIMPLIFICACIÓN
Por su parte, la ESMA ha recibido con agrado estas iniciativas, reconociéndolas como ‘un paso importante hacia unos mercados de capitales de la UE más profundos y eficientes’. La autoridad se muestra preparada para asumir las nuevas responsabilidades que conlleva la propuesta, gestionando la supervisión directa de infraestructuras significativas y proveedores de servicios de criptoactivos.
La ESMA también ha destacado la importancia de una supervisión más armonizada, que contribuiría a una mayor fluidez en las operaciones de mercado y a la escalabilidad y eficiencia de los mercados de capitales de la UE.











