Este jueves, la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha dado luz verde a la «gran y hermosa ley» impulsada por el presidente Donald Trump, un paquete fiscal que, según proyecciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso, incrementará el déficit en 10 años por un total de 3,3 billones de dólares (2,8 billones de euros).
La aprobación en la Cámara baja se produjo justo antes del Día de la Independencia, con una votación ajustada de 218 votos a favor y 214 en contra. En el Senado, la situación fue similar, con tres republicanos oponiéndose a la medida; sin embargo, en la Cámara baja fueron Thomas Massie, de Kentucky, y Brian Fitzpatrick, de Pensilvania, los que se desmarcaron de la línea partidista.
La legislación promueve un recorte de impuestos y un aumento en los fondos para el gasto militar y la vigilancia de la inmigración, aunque disminuirá los recursos para la salud. Se estima que cerca de doce millones de personas perderán su cobertura médica para el año 2034.
CRÍTICAS DEL FMI
El Fondo Monetario Internacional (FMI) también expresó su preocupación el mismo día, argumentando que la ley contradice las directrices recomendadas a Estados Unidos por la entidad.
«Por parte del FMI, hemos sido coherentes al afirmar que Estados Unidos necesitará reducir su déficit fiscal […] para situar la deuda pública en relación con el PIB en una senda claramente descendente», explicó en conferencia de prensa Julie Kozack, portavoz del FMI. La organización sugiere incrementar los impuestos, incluyendo a la clase media, para controlar el déficit presupuestario, lo opuesto a lo que establece la nueva ley.














