El diálogo sobre el impacto del turismo masivo en España continúa siendo un tema de interés que cada vez está más polarizado. Pese a una reducción del 30% en el total de menciones comparado con el mismo periodo del año 2024, las discusiones de este año han generado una mayor reacción social.
Según el más reciente estudio de Torres y Carrera, que examinó más de 5.900 publicaciones de marzo a junio de 2025, se observa una tendencia que parte del barómetro de escucha digital que la consultora lleva realizando desde hace un año. Este análisis permite comprender la evolución de las narrativas sociales en relación con el fenómeno turístico.
El estudio busca entender no solo el contenido de las conversaciones, sino también cómo se desarrollan los relatos, qué argumentos prevalecen y cómo cambian las narrativas sociales, económicas y ambientales con el tiempo. En esta ocasión, se compara específicamente con datos del período anterior del año pasado.
El análisis revela que el turismo masivo ya no se percibe solo como un fenómeno estacional, sino que ha llegado a ser una cuestión estructural y transversal que influye directamente en la vida diaria, el acceso a vivienda, la sostenibilidad del territorio y el modelo económico del país.
Las tres grandes narrativas identificadas en 2024, la social, económico-política y medioambiental, siguen vigentes, aunque han evolucionado hacia discursos más maduros y emocionalmente intensos con una mayor capacidad de movilización ciudadana.
«El turismo masivo ha dejado de ser una queja de temporada alta. Es un tema estructural que conecta con los grandes retos de país: vivienda, modelo productivo y justicia ambiental«, explica Georgina Leibovich, directora en Área Corporativa e Innovación de Torres y Carrera y autora del informe.
Canarias, Baleares y Barcelona, epicentros del malestar
Uno de los picos de mayor conversación digital ocurrió en mayo, durante una manifestación en Canarias que captó atención internacional, especialmente en el Reino Unido.
En abril, una imagen viral de un turista protestando contra el turismo masivo inició un debate acalorado sobre las contradicciones del comportamiento turístico y la hipocresía frecuentemente asociada a estas actitudes.
El informe señala que la discusión se ha centrado en eventos y símbolos con una fuerte carga emocional. Imágenes como la del Teide siendo utilizado como set de filmación han servido para criticar la comercialización del paisaje y la transformación del patrimonio natural en bienes de consumo.
Tres ejes del debate: vivienda, modelo económico y sostenibilidad
Los tres principales ejes de debate son la vivienda, el modelo económico y la sostenibilidad. Con más de 2.300 contenidos y 55.000 interacciones, el tema de la vivienda y la expulsión urbana refleja el descontento ciudadano ante la pérdida de identidad de los barrios, el aumento de los alquileres turísticos y la presión sobre los residentes. En plataformas como Reddit o Bluesky, proliferan testimonios de personas afectadas.
El bloque del modelo económico, con 722 publicaciones y más de 8.000 interacciones, se enfoca en las críticas al modelo turístico actual: desequilibrio territorial, falta de regulación, pérdida de soberanía local y concentración de beneficios en grandes operadores. Gobiernos como el de Baleares o Canarias han comenzado a implementar políticas fiscales diferenciadas y restricciones al alquiler vacacional.
El bloque más grande, con casi 3.000 publicaciones, trata la emergencia ambiental: sostenibilidad hídrica y límites ecológicos. Este aborda el impacto ambiental del turismo en ciudades y territorios frágiles: consumo de agua, residuos, movilidad, pérdida de biodiversidad. Las protestas ciudadanas ya incluyen una dimensión ética del turismo y exigen nuevas formas de gobernanza que restrinjan un modelo extractivo.
Desde Torres y Carrera indican que la conversación digital refleja un malestar colectivo que, aunque menos ruidoso que en 2024, es ahora más profundo, estructurado y conectado con movimientos sociales, medios y agendas políticas.
«Los datos reflejan un cambio de fondo. Ya no se trata solo del número de turistas, sino del modelo de desarrollo que queremos. El turismo masivo se ha convertido en el espejo donde se proyectan muchas de nuestras tensiones como sociedad», concluye Georgina Leibovich.