En septiembre, la tasa de inflación interanual en la eurozona experimentó un aumento de dos décimas, situándose en el 2,2%. Este cambio significa un alejamiento de la meta de estabilidad de precios que el Banco Central Europeo (BCE) había logrado mantener durante los meses de junio, julio y agosto.
De acuerdo con los datos preliminares proporcionados por Eurostat, el costo de la energía disminuyó un 0,4% interanual, tras haber descendido un 2% el mes anterior. Por otro lado, los precios de los alimentos frescos se incrementaron un 4,7%, aunque esta cifra representa una moderación de ocho décimas respecto al periodo previo.
Los bienes industriales no relacionados con la energía registraron un encarecimiento del 0,8% interanual, cifra que se mantiene constante en comparación con el mes anterior. Sin embargo, los servicios experimentaron un aumento en su costo, alcanzando el 3,2%, frente al 3,1% de agosto.
Si se excluye la energía de la ecuación, la inflación de la eurozona se mantuvo estable en el 2,5%. La tasa subyacente, que también excluye alimentos, alcohol y tabaco, se mantuvo en el 2,3% en septiembre.
En cuanto a los distintos países, Estonia (5,2%), Croacia y Eslovaquia (4,6%) y Letonia (4,1%) registraron las tasas de inflación más elevadas. En contraste, en Chipre los precios se mantuvieron estables (0%), mientras que en Francia, Italia y Grecia las subidas fueron más moderadas, con tasas del 1,1% y 1,8% respectivamente.
En España, el incremento de precios en septiembre fue notable, alcanzando el 3%, lo que amplía el diferencial desfavorable en comparación con la media de otros países a ocho décimas.