Según un reciente estudio de la consultora WTW, la inversión en mercados privados por parte de las grandes fortunas globales está experimentando una desaceleración. Este fenómeno se atribuye a los elevados costes y a la reducida liquidez que caracterizan a estos mercados, además de una notoria falta de transparencia.
El análisis, que recopila datos de 151 empresas de gestión patrimonial de 27 países diferentes, administradoras de unos 15,1 billones de dólares (13 billones de euros), sugiere que el sector está atravesando una fase de cambio significativo. Factores como las alteraciones demográficas, la innovación tecnológica y un creciente interés por inversiones que respeten criterios sociales y ambientales están moldeando la industria.
A pesar de la aparición de innovadoras propuestas como los Fondos Europeos de Inversión a Largo Plazo (ELTIFs), los gestores no anticipan un aumento notable en la asignación de recursos a los mercados privados en el corto plazo. En términos geográficos, tanto en Norteamérica como en Europa, los altos costes representan el principal obstáculo, mientras que en el Reino Unido predomina la problemática de la liquidez escasa.
El documento también revela que el 46% de las firmas encuestadas delega en gran medida o completamente las decisiones de inversión en mercados privados. Esto contrasta con el 27% y 23% que lo hacen en bonos y acciones cotizadas, respectivamente.
En cuanto a la distribución regional, mientras en Asia-Pacífico y Europa continental se destina un 40% y 34% de las carteras a estos activos, en Reino Unido y Norteamérica la cifra es del 24% y 26%, respectivamente, con una preferencia más marcada hacia la renta variable.
“Las firmas de gestión patrimonial del futuro deberán equilibrar crecimiento y responsabilidad, adoptando un enfoque holístico que preserve tanto el patrimonio heredado como el generado, y que acompañe a los clientes en su camino emprendedor”, señaló Andrea Caloisi del Thinking Ahead Institute, una extensión de WTW. Oriol Ramírez-Monsonis, por su parte, destacó la importancia de adaptarse a las expectativas de las nuevas generaciones en el creciente mercado de gestión patrimonial en España.











