Lantania y Sacyr, agrupadas en una Unión Temporal de Empresas (UTE), han sido seleccionadas para instalar y mantener la catenaria del segundo segmento de la Línea de Alta Velocidad (LAV) entre Madrid y Extremadura, concretamente el tramo Talayuela-Plasencia, con un presupuesto de 35 millones de euros sin incluir el IVA.
De acuerdo con un comunicado de Lantania, la UTE se encargará de las obras y el mantenimiento de la línea aérea de contacto y todos los sistemas asociados a lo largo de 70 kilómetros de esta línea de alta velocidad. El contrato también comprende las conexiones eléctricas que van desde la catenaria hasta las edificaciones o casetas técnicas, así como la instalación de pórticos, postes, dinteles y soportes auxiliares, junto con las cimentaciones requeridas para su anclaje.
El proyecto incluye además la instalación de seccionadores, sus mecanismos de control y sistemas de accionamiento eléctrico, y el sistema de calefacción para las agujas de los cambios de vía, que cuenta con calefactores y sistemas de alimentación propios.
Estas labores facilitarán la electrificación de este tramo y permitirán realizar las pruebas necesarias y el premantenimiento de las instalaciones desde el final de las obras hasta su entrada en funcionamiento.
Este tramo Talayuela-Plasencia será el segundo en entrar en servicio tras la apertura en 2022 del tramo Plasencia-Cáceres-Badajoz, que ha estado electrificado desde 2023. Lantania, además, está actualmente llevando a cabo la construcción de una subestación eléctrica en Casatejada (Cáceres) y sus centros de autotransformación relacionados, los cuales serán esenciales para suministrar energía a la línea aérea de contacto y asegurar el abastecimiento eléctrico de los trenes que transiten por este segmento.
La compañía también tiene planeado poner en marcha la subestación eléctrica de tracción en Casatejada junto con cinco centros de autotransformación intermedios situados en diferentes localidades y construir un parque de medida en Navalmoral de la Mata.










