Liwe experimentó un aumento significativo en sus pérdidas, alcanzando los 18,3 millones de euros durante el primer semestre de 2025, lo que significa un incremento casi nueve veces superior a los ‘números rojos’ de 2,2 millones de euros del mismo periodo del año anterior.
Según datos reportados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la empresa registró una facturación de 42,4 millones de euros, evidenciando una disminución superior al 15% en comparación con el primer semestre de 2024. La caída de ventas en el mercado español, junto con ‘ligeras disminuciones’ en Italia, Portugal y Grecia, son las principales razones de este retroceso.
Además, el beneficio neto de explotación (Ebit) descendió hasta los 15,9 millones negativos, multiplicando por doce las pérdidas de 1,3 millones del periodo comparable del año anterior. Igualmente, el resultado bruto de explotación (Ebitda) refleja una tendencia negativa, con pérdidas de 9,3 millones frente al resultado positivo de 9,9 millones en 2024.
La deuda financiera neta del grupo se ha reducido hasta los 55,1 millones de euros, lo que representa una caída de 5,2 millones de euros y del 8,6% respecto al 30 de junio de 2024. Liwe se encuentra en la ‘recta final’ de su plan de reestructuración y espera comenzar a ver los efectos positivos de este proceso a partir del año 2026.
En lo que respecta a la gestión de inventario, durante el primer semestre de 2025, el stock total se redujo ya en un 26,5% (12,3 millones de euros), ‘consolidando así el avance hacia una gestión más eficiente y alineada con la demanda del mercado’. La compañía también continuará con la reestructuración de su red de tiendas y el fortalecimiento de su canal digital, incluyendo inversiones en tecnología y marketing digital para potenciar el ‘e-commerce’.
Finalmente, Liwe sigue negociando con acreedores financieros para asegurar los ‘recursos adecuados que permitan completar con éxito el proceso de reestructuración y crecimiento’. La dirección de la empresa confía en que el año 2026 marque el inicio de la recuperación, con una mejora progresiva de los márgenes y un retorno a la rentabilidad.