Molins finalizó el primer semestre del año en curso alcanzando un beneficio neto de 95 millones de euros, lo que representa una caída del 9,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta disminución se debe principalmente al impacto negativo de la depreciación del peso mexicano y argentino, que ha contrarrestado la mejora de los resultados operativos, tal como reportó la empresa este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En el periodo comprendido entre enero y junio, la facturación de la empresa alcanzó los 659 millones de euros, un 5% menos, aunque ajustando por el tipo de cambio, las ventas experimentaron un crecimiento del 6% debido al aumento de precios en el mercado.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en 175 millones, mostrando una disminución del 8% -o un incremento del 5% a tipo de cambio constante-. Además, la deuda financiera neta continuó su tendencia a la baja durante el primer semestre, situándose la tesorería neta en 100 millones de euros.
Marcos Cela, consejero delegado de la compañía, comentó que los resultados «reflejan la solidez» del modelo de negocio y expresó su satisfacción por el crecimiento y progreso en la estrategia de la firma. «En junio, la empresa anunció su entrada en Portugal e inversiones en España y Estados Unidos, que muestran la «base operativa eficiente, resiliente y preparada para afrontar los retos del contexto actual» de la empresa.