El fabricante neerlandés de microprocesadores Nexperia ha hecho un llamamiento público a sus filiales en China para que restablezcan con regularidad la cadena de suministro, ante el peligro de que sus clientes en diversos sectores enfrenten “paradas inminentes de producción”.
En un comunicado emitido desde su sede en Nimega, que también pertenece a la china Wingtech Technology, Nexperia ha declarado sentirse «obligada a comunicar públicamente la urgencia» de esta situación, debido a la falta de respuestas efectivas de sus subsidiarias chinas para encontrar soluciones que permitan la normalización del suministro.
«Les instamos a responder a las solicitudes de Nexperia y a colaborar de forma constructiva con miras a restablecer la cadena de suministro, ya que esto redunda en beneficio de todas las partes involucradas», señala la compañía holandesa, destacando que «esta situación no puede continuar».
«Clientes de diversos sectores siguen informando de paradas inminentes de producción», ha alertado el fabricante, solicitando a los directivos de las entidades de Nexperia en China que tomen medidas inmediatas para iniciar negociaciones que permitan la reanudación «sin demora» del suministro regular, incluyendo la planificación de la producción, los plazos de entrega y una gobernanza operativa clara.
Además, Nexperia considera esencial abordar la armonización del gobierno corporativo para poder reanudar las operaciones dentro del marco de gobernanza establecido, los acuerdos interempresariales y el cumplimiento de las normativas legales de la dirección global de Nexperia.
Por lo tanto, Nexperia espera «una respuesta oportuna y sustancial» de sus afiliados chinos con el propósito de evitar tener que realizar más declaraciones públicas y, en su lugar, resolver la situación mediante el diálogo directo por correo electrónico o a través de un mediador externo neutral y profesional para asegurar unas negociaciones estructuradas.
A mediados de noviembre, el Gobierno de los Países Bajos decidió suspender la intervención de las operaciones del fabricante neerlandés de microprocesadores, que había sido ordenada a finales de septiembre, tras «constructivas» conversaciones con las autoridades chinas y las medidas adoptadas por Pekín, en el marco de sus negociaciones con Washington, para garantizar el suministro de chips a Europa y al resto del mundo.
Recientemente, el Ministerio de Comercio de China ha reconocido que la decisión del Ejecutivo de los Países Bajos es un paso en la dirección correcta, pero ha advertido de que «aún no resuelve la causa fundamental» de la inestabilidad en la cadena de suministro global de semiconductores.











