El Gobierno del Reino Unido ha decidido incrementar los impuestos en 26.000 millones de libras (29.661 millones de euros) hasta el período 2029-2030. Esta subida se llevará a cabo congelando los umbrales del impuesto sobre la renta por tres años adicionales, entre otras medidas fiscales.
La congelación de los umbrales fiscales resultará en que 780.000 contribuyentes adicionales paguen el tramo básico, 920.000 el tramo superior y 4.000 el tramo adicional para el final del período mencionado. Esto aportará unos 8.000 millones de libras (9.126 millones de euros) a las arcas del Tesoro británico.
Además, el aumento de las contribuciones a los planes de pensiones y los cambios en los tipos impositivos sobre dividendos, ingresos inmobiliarios y ahorros generarán 4.700 millones de libras (5.362 millones de euros) y 2.100 millones de libras (2.396 millones de euros) respectivamente. Otro incremento en el impuesto municipal para propiedades de alto valor añadirá 400 millones de libras (456,3 millones de euros) y los impuestos sobre el juego y las apuestas sumarán 1.100 millones de libras (1.255 millones de euros).
La política impositiva sobre combustibles se mantendrá reducida hasta septiembre de 2026, después de lo cual se ajustará según la inflación. Además, el Gobierno liderado por Keir Starmer ha decidido eliminar el límite a las ayudas sociales por número de hijos, lo que implicará un coste de 3.000 millones de libras (3.422 millones de euros).
PREVISIONES MACROECONÓMICAS
La ministra de Hacienda, Rachel Reeves, ha actualizado las proyecciones de crecimiento del PIB, que ahora se espera que aumente este año un 1,5%, medio punto más que lo previsto en marzo. No obstante, las previsiones para los años siguientes se han ajustado a la baja, con un crecimiento esperado que disminuirá gradualmente hasta el 1,5% en 2029. La deuda pública se proyecta que aumente ligeramente, alcanzando el 96,1% en el período venidero, mientras que la inflación se espera que se sitúe en el 3,5% para finales de 2025 y disminuya al 2,5% en 2026, convergiendo hacia la meta de estabilidad de precios del 2% en los años siguientes.











