Según datos de la UPTA, más de 1,5 millones de trabajadores autónomos, aproximadamente uno de cada tres, realizan su labor al aire libre o en espacios no climatizados «sin regulación, sin recursos y sin mecanismos de protección». Esta situación afecta principalmente a sectores como la agricultura, la construcción, la hostelería al aire libre, la entrega de mercancías, la asistencia técnica en eventos y tiendas sin aire acondicionado.
La organización señala que estas condiciones laborales generalmente conllevan largas horas a pleno sol, alto esfuerzo físico y constante exposición al calor.
Riesgo de siniestralidad por altas temperaturas
«La siniestralidad asociada a las altas temperaturas es una amenaza real. En las últimas semanas, estamos pudiendo ver cómo estas condiciones adversas ya se han cobrado la vida de varios trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia, lo que evidencia que los actuales mecanismos de prevención no están funcionando», manifestó UPTA.
La falta de un protocolo específico de prevención y la imposibilidad de detener las actividades laborales sin perder ingresos, convierten esta problemática en algo «muy preocupante» para los autónomos, según la organización.
Además, la organización destaca la vulnerabilidad adicional debido a que muchos autónomos trabajan solos y no cuentan con medios para implementar mejoras estructurales que permitan una adecuada climatización de sus espacios de trabajo.
Por estas razones, UPTA exige al Gobierno una acción inmediata y efectiva, con políticas de prevención de riesgos laborales que atiendan a las necesidades reales del sector autónomo y un respaldo legal sólido.
«Estamos hablando que más de 1,5 millones de personas trabajadoras autónomas que están condenadas a elegir entre su integridad física o la ruina económica en las temporadas más calurosas del año. No podemos seguir aplazando una solución, es urgente aprobar una Ley de Prevención de Riesgos Laborales adaptada al trabajo autónomo», defendió Eduardo Abad, presidente de UPTA.
















