UGT destaca incremento del IPC subyacente y solicita un indicador del costo de la vivienda

Este viernes, UGT ha señalado la tendencia ‘moderadamente creciente’ del índice de precios al consumidor (IPC) subyacente, que alcanzó un 2,4% interanual en agosto, según informaciones preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE), representando el valor más alto desde abril pasado.

‘El repunte de la inflación en los últimos meses la ha alejado el objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo, con una tasa subyacente que, eliminando los elementos más volátiles, muestra una tendencia moderadamente creciente. A este contexto hay que sumarle el posible impacto negativo de los aranceles impuestos por Trump y la persistencia de las tensiones geopolíticas a nivel mundial’, subraya el sindicato.

La entidad liderada por Pepe Álvarez indica que los informes del Observatorio de Márgenes Empresariales continúan reflejando una posición ‘excepcionalmente beneficiosa’ para las empresas españolas, que en la primera mitad del año registraron el segundo mejor resultado de márgenes desde 2009.

En consecuencia, UGT opina que las compañías aún tienen la posibilidad de reducir temporalmente la presión sobre los precios y aumentar los sueldos.

La media de aumento salarial acordada en los convenios ha sido del 3,46%, superando la inflación promedio del año. No obstante, el sindicato advierte que no se está logrando un aumento real del poder adquisitivo debido a los costos de la vivienda, ‘que absorben, en la mayoría de casos, los incrementos salariales existentes’.

‘Los precios de compraventa de vivienda ya han superado los niveles de la burbuja de 2008 en varias comunidades autónomas, mientras que el alquiler, además de la escasa oferta, llega a suponer más del 100% de un salario neto en algunos sectores y ciudades’, alega el sindicato.

Por esta razón, UGT demanda la inclusión de un indicador de la carestía de la vivienda en las negociaciones colectivas, junto con la información sobre márgenes empresariales, para impulsar ajustes salariales acordes al coste real de la vida y la situación económica de las empresas.