La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha presentado este lunes a las capitales europeas tres estrategias financieras para apoyar a Ucrania durante los próximos dos años. Entre las opciones se incluye la utilización de activos rusos congelados, sugiriendo además la posibilidad de combinar estas alternativas ya que “no son excluyentes” y el objetivo principal es abordar la “situación urgente” que enfrenta Kiev.
En una misiva dirigida a los líderes europeos, a la que Europa Press ha tenido acceso, Von der Leyen destaca que cada alternativa afectará de manera distinta a los países miembros. Por ello, cualquier elección por parte de los 27 requerirá “un compromiso colectivo y una sólida solidaridad” para asegurar el acuerdo.
La líder alemana reconoce que “no hay opciones fáciles” y describe las medidas como “drásticas, tanto en su diseño como en sus implicaciones”. Sin embargo, advierte de que la Unión Europea “no puede permitirse la parálisis, ni por indecisión, ni por la búsqueda de soluciones perfectas o sencillas que no existen”.
Con las tres opciones sobre la mesa, Von der Leyen enfatiza la importancia de “alcanzar rápidamente un compromiso claro” que permita a los jefes de Estado y de Gobierno concluir en su próxima cumbre de diciembre el acuerdo para asegurar la “financiación necesaria” para los esfuerzos de seguridad y defensa de Ucrania en el periodo 2026-2027, que se estima en 135.700 millones de euros.
La presidenta incide en la necesidad de que el acuerdo resultante “mantenga la presión sobre Rusia, niegue la esperanza de una victoria y siente las bases para la suspensión de las hostilidades y para las tan esperadas negociaciones de paz”.
Von der Leyen solicita a los líderes garantizar que la solución acordada asegure una financiación “rápidamente disponible”, con los primeros desembolsos previstos para el segundo trimestre de 2026, y que no genere una carga fiscal adicional para Ucrania. Además, subraya que la ayuda debe ser “lo suficientemente flexible” para adaptarse a las incertidumbres de los próximos años y que exista una “distribución equitativa de la carga con los socios internacionales”.
Desde que Von der Leyen sugirió por primera vez utilizar el efectivo de los activos rusos congelados para un préstamo de reparación a Kiev, el apoyo entre los Veintisiete ha ido en aumento, a pesar de la firme oposición de Bélgica, debido a los riesgos legales y financieros. Las opciones, indica, pueden ser “combinadas o secuenciadas” siempre que cumplan con los criterios de urgencia y alcance necesarios.
Finalmente, presenta alternativas como subvenciones bilaterales y la emisión de deuda conjunta como soluciones temporales, mientras se negocia el nuevo marco presupuestario post 2027. Además de detallar las garantías legales necesarias para minimizar riesgos, tanto si se opta por la utilización de activos rusos como por acudir a los mercados financieros para financiar una ayuda de 90.000 millones de euros, cuyos intereses correrán a cargo de los Estados miembro.











