El mismo día que el Eurobarómetro publica el resultado de una encuesta que muestra cómo los jóvenes recurren cada vez más a las fuentes digitales, la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor ha dado su visto bueno al informe que advierte del fracaso de las plataformas en línea para salvaguardar la protección de los menores. El texto avisa de los riesgos relacionados con la adicción, la salud mental y la exposición a contenidos ilegales. Por esa razón, se propone establecer un mínimo legal de edad para acceder a ellas.
Más concretamente, el documento avala los esfuerzos de la Comisión Europea de desarrollar unos sistemas de garantía de edad que protejan la privacidad. Eso sí, se expone que deben ser las plataformas las que se hagan cargo de la responsabilidad de hacer que sus servicios sean seguros por diseño. En este sentido, los eurodiputados proponen en el texto aprobado que se establezca la edad mínima de 16 años en todo el continente para poder registrarse en las redes sociales, así como en las plataformas de vídeos y aplicaciones de IA. Todo ello, a menos de que lo autoricen los padres, y en cualquier caso nunca por debajo de los 13 años.
Junto con esto, la Eurocámara insta al Ejecutivo comunitario a ejercer las competencias que le pertenecen en virtud de la Ley de Servicios Digitales (DSA), que incluye la imposición de multas o incluso la prohibición de sitios web que pongan en peligro a los menores.
Batería de propuestas
Se propone establecer una responsabilidad personal para los altos directivos en aquellos casos en los que se produzcan infracciones graves o continuadas de las normas de protección de menores, especialmente en lo referente a los sistemas de verificación de edad.
Asimismo, creen que sería necesario prohibir el uso de algoritmos de recomendación que se basen en la interacción o participación de menores, además de desactivar por defecto las funciones de diseño más adictivas en las plataformas digitales. Así como garantizar que los sistemas de recomendación no ofrezcan contenidos a menores en función de perfiles creados sobre ellos.
Otra medida que está sobre la mesa es la de vetar los mecanismos similares a los juegos de azar, como las conocidas “cajas de botín”, en los videojuegos accesibles para menores. De igual modo, piden impedir que las plataformas obtengan beneficios económicos o incentivos materiales a través del llamado kidfluencing, es decir, la participación de menores como influenciadores en redes sociales.
Finalmente, el Parlamento ve como fundamental afrontar los dilemas éticos y legales asociados a las aplicaciones de desnudez basadas en inteligencia artificial, que permiten crear imágenes manipuladas de personas sin su consentimiento. En este sentido, también se apuesta por reforzar el cumplimiento de la Ley de Inteligencia Artificial para evitar el uso de chatbots manipuladores o engañosos.
Próximos pasos
En el marco de la futura Ley de Equidad Digital, los parlamentarios ven con buenos ojos abordar asuntos como las tecnologías persuasivas, la publicidad dirigida, el marketing de influencers, el diseño adictivo, las cajas de botín y los patrones oscuros. El informe exige medidas de la UE para abordar funciones manipuladoras como el desplazamiento infinito, la reproducción automática, las historias que desaparecen y las prácticas de gamificación perjudiciales que explotan deliberadamente el comportamiento de los menores para impulsar la interacción y el gasto.
Ahora, el documento con las recomendaciones se votará en el Pleno del Parlamento de la próxima semana para servir de hoja de ruta en las próximas negociaciones sobre legislación digital.
Firma danesa
La ponente Christel Schaldemose (S&D, Dinamarca) ha señalado que su informe ponía de manifiesto la necesidad de reforzar la protección de los menores en el entorno digital en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, ha destacado la importancia de establecer una edad mínima de 16 años para acceder a las redes sociales en toda la Unión Europea. En segundo lugar, ha subrayado la necesidad de implementar salvaguardas más estrictas para los menores que utilizan servicios en línea.
Además, ha explicado que el texto abogaba por incorporar la seguridad desde el diseño y por prohibir los mecanismos de interacción más perjudiciales para los jóvenes. Con todo, ha agradecido el hecho de que el Parlamento diera un paso progresivo hacia una mayor protección de los menores.