Más de 300 antiguos responsables de inteligencia y seguridad en Estados Unidos, agrupados en la organización The Steady State, han advertido que la democracia en el país está experimentando un deterioro rápido. Según ellos, la causa principal es la consolidación del poder en el Ejecutivo, que se está efectuando a través de la erosión intencionada de los controles institucionales y las salvaguardas civiles.
Dentro de este grupo se incluyen exmiembros del Departamento de Estado, el Congreso y la comunidad diplomática estadounidense. La organización publicó el pasado jueves un documento que señala las decisiones de la segunda administración de Trump como principales catalizadores de una tendencia hacia el autoritarismo. En su informe, identifican seis dinámicas principales que, en conjunto, aceleran esta deriva autoritaria.
Los miembros del grupo, que prefieren mantener el anonimato, han destacado que un factor crítico en este aumento es la creciente frecuencia de decisiones del poder Ejecutivo que superan sus competencias establecidas. Un claro ejemplo de esta tendencia son las órdenes ejecutivas emitidas por el presidente, que aunque son un mecanismo legítimo, también son unilaterales y, por tanto, susceptibles de abuso para imponer prácticas autoritarias. De hecho, se espera que Trump emita alrededor de 275 órdenes ejecutivas este año, lo que supone una de las cifras más altas en la historia de Estados Unidos y más de cinco veces la cantidad de su primer mandato.
Estas decisiones han resultado en la politización de los servicios civiles y en la normalización del uso del Ejército para reforzar el control sobre la población, evidenciado en los despliegues de la Guardia Nacional en ciudades como Los Ángeles, Washington D.C., Memphis o Chicago. Además, se ha detectado un uso selectivo de la justicia contra aquellos que la Administración Trump percibe como enemigos.
Una de las dinámicas clave detectadas por el grupo es el debilitamiento de la independencia judicial. La Administración Trump ha intensificado la estrategia del Partido Republicano de llenar los tribunales con jueces leales y ha lanzado ataques contra aquellos magistrados que han llegado a invalidar sus órdenes, incluso temporalmente.
Asimismo, la Administración ha debilitado al Congreso y ha silenciado a la sociedad civil, enfrentando a los medios de comunicación y a la esfera cívica, enmarcando cualquier crítica como un acto de sabotaje deliberado. The Steady State concluye que Estados Unidos se está volviendo más autocrático y muestra claros signos de retroceso democrático, describiendo la situación como un autoritarismo competitivo: un sistema donde la estructura formal de la democracia se mantiene, pero es manipulada sistemáticamente por quienes están en el poder.
El grupo insiste en la importancia de que la ciudadanía reconozca este ataque multifacético y se oponga activamente a la erosión de los principios democráticos, lo cual es esencial para defender y restaurar la democracia liberal en Estados Unidos.