El canciller de Alemania, Friedrich Merz, ha reafirmado su apoyo durante una cumbre de líderes europeos en Copenhague a utilizar los activos rusos congelados para otorgar un préstamo de reparación a Ucrania. Merz ha expresado su confianza en que la Unión Europea adoptará una resolución en las próximas ‘semanas’, a pesar de la oposición de Bélgica, que considera la medida una ‘confiscación’ con vacíos legales.
‘Apoyaré cualquier vía que permita el uso de activos rusos para seguir ayudando a Ucrania y garantizar que la guerra termine lo antes posible’, declaró Merz tras la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) en la capital danesa.
Merz ha señalado a la próxima cumbre formal de la UE, que se celebrará en Bruselas en tres semanas, como el momento en que espera se tome una ‘decisión concreta’. Además, ha destacado el ‘fuerte acuerdo’ en la UE y la CPE para seguir explorando esta opción.
‘Putin no debería subestimar nuestra determinación. Hay una gran unidad y una firme determinación de contrarrestar juntos esta agresión’, enfatizó el canciller alemán.
La reunión en Copenhague sirvió como primera oportunidad para que los líderes europeos discutieran la propuesta de Ursula von der Leyen de usar los activos soberanos rusos congelados en Bélgica para financiar un préstamo a Kiev. Al concluir la jornada, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, celebró que ‘casi todos los líderes estén planteando el pleno uso de los fondos congelados rusos’.
Por su parte, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, reconoció que el debate fue ‘intenso’ y surgieron ‘algunas cuestiones técnicas que deben ser resueltas y respondidas’, pero se mostró ‘bastante segura’ de que encontrarán soluciones. ‘Es justo que Rusia pague por los daños que ha causado’, concluyó.
BÉLGICA RECHAZA LA ‘CONFISCACIÓN’
El crédito sin intereses propuesto tendría un valor de unos 140.000 millones y Ucrania solo debería devolverlo si Moscú indemniza al país tras la guerra. Aunque la Comisión Europea y los defensores del plan sostienen que no constituiría una ‘confiscación’, Bélgica discrepa.
El primer ministro belga, Bart de Wever, expresó sus reservas legales sobre un proyecto ‘sin precedentes’ y ‘muy arriesgado’, y cuestionó la falta de respuestas claras a las preocupaciones expresadas por Bélgica. No obstante, dejó abierta la posibilidad de revisar su posición si se aclaran las dudas legales y los demás países se comprometen a compartir los riesgos.
En contraste, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, criticó la idea de utilizar los fondos congelados y aseveró: ‘No somos ladrones, ese dinero no es nuestro’, rechazando cualquier participación de Hungría en el plan.