El ministro de Salud de Brasil, Alexandre Padilha, ha decidido no asistir a la próxima reunión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, tras las severas restricciones de movimiento impuestas por las autoridades estadounidenses, que le limitan a desplazarse más allá de cinco manzanas del lugar de su alojamiento.
“Debido a estas limitaciones infundadas y arbitrarias a la actividad diplomática brasileña, el ministro Alexandre Padilha ha decidido no participar de las actividades a las que fue invitado y permanecer en Brasil”, se lee en un comunicado emitido por el ministerio de Salud brasileño.
En un contexto de tensiones diplomáticas, el mes pasado, la Administración Trump retiró los visados a Padilha, su esposa y su hija de 10 años dentro de un conjunto de medidas más extensas dirigidas a funcionarios del programa Más Médicos del Gobierno brasileño.
A pesar de que se le concedió el visado para la Asamblea General de la ONU, Padilha enfrentó restricciones significativas en su movilidad. Además, se impusieron las mismas condiciones a cualquiera que le acompañase.
“La decisión viola el Acuerdo de Sede de la ONU y el derecho de Brasil a presentar sus propuestas en el foro de salud global más importante de las Américas. El país es un líder mundial en salud pública y un destacado defensor de las vacunas, la ciencia y la vida”, destaca la nota del Ministerio.
Se acusa también al Gobierno de Estados Unidos de penalizar a Brasil por su papel en “la lucha contra el negacionismo” y los “retrocesos en materia de salud que enfrenta la población estadounidense”.
Esta política también ha afectado a otros altos oficiales brasileños, como el juez Alexandre de Moraes, tras el juicio que sentenció al expresidente Bolsonaro a 27 años de prisión.










