Durante la reciente cumbre del G-20 en Johannesburgo, Sudáfrica, varios líderes aliados de Ucrania han manifestado su desacuerdo con ciertos puntos del plan de paz estadounidense destinado a resolver el conflicto ucraniano. Entre los elementos controvertidos se incluyen la posible cesión de partes del Donbás a Rusia y la propuesta de reducir el ejército ucraniano.
Los líderes han calificado el plan como «una buena base», pero han enfatizado la necesidad de «trabajo adicional». Se espera que este refinamiento se lleve a cabo en futuras discusiones, especialmente con la nueva delegación ucraniana liderada por Andri Yermak, quien fue designado este mismo sábado.
El texto del acuerdo, apoyado por figuras como António Costa y Ursula von der Leyen, reconoce los «continuos esfuerzos de Estados Unidos» para pacificar Ucrania y señala que los 28 puntos del plan incluyen «elementos importantes» para una paz duradera. Sin embargo, subraya la importancia de mantener las fronteras intactas y expresa preocupación por las limitaciones propuestas a las fuerzas armadas ucranianas, lo que podría dejar al país en una posición vulnerable.
Los líderes han reiterado su compromiso de trabajar juntos para asegurar una paz sostenible y han resaltado que cualquier cambio que afecte a la UE o a la OTAN debe ser aprobado por los miembros de estas organizaciones.
«Estamos dispuestos a participar para garantizar que la futura paz sea sostenible», concluyen, reafirmando su «fuerte apoyo continuo a Ucrania» y la intención de mantener una coordinación estrecha con Ucrania y Estados Unidos en los próximos días.











