La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha subrayado este lunes que “muchos” refugiados y desplazados internos sirios continúan sin poder regresar a sus viviendas, cuando se cumple un año de la caída del régimen de Bashar al Assad, derrocado el 8 de diciembre de 2024 tras una ofensiva conjunta de yihadistas y grupos rebeldes que forzó su salida del país.
El organismo ha detallado en su cuenta en la red social X que “Más de tres millones de personas han vuelto a casa en Siria durante el último año, incluidos 1,2 millones desde el extranjero y 1,9 millones a nivel interno, pero muchos aún no pueden regresar a sus hogares”, lo que pone de manifiesto la magnitud del desafío pendiente.
En ese mismo mensaje, ACNUR ha recalcado que “ACNUR sigue apoyando a los retornados proporcionándoles medios de vida, asistencia jurídica y servicios básicos”, recordando que la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió la semana pasada de que 14,6 millones de sirios padecen inseguridad alimentaria “tras catorce años de conflicto y shocks climáticos”.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha incidido en la relevancia del momento actual, que considera “una oportunidad única para ayudar a poner fin a una de las peores crisis humanitarias del mundo”, antes de avisar de que “sin un respaldo global urgente, esta ventana de esperanza se cerrará”.
Grandi ha defendido que “Los sirios están listos para la reconstrucción. La pregunta es si el mundo está listo para ayudarlos a hacerlo”, en línea con el mensaje de ACNUR, que ha reiterado que estos retornos representan “un paso crítico en el proceso de sanación de Siria” tras años de guerra y desplazamientos masivos.
Desde enero de 2025, la agencia ha ampliado de forma notable sus programas en los países vecinos para responder al aumento de solicitudes de retorno voluntario. Según sus datos, al menos 170.000 sirios han vuelto desde Jordania a Siria desde el 8 de diciembre de 2024, con el personal de ACNUR prestando apoyo directo en más de 24.000 expedientes.
En Líbano, ACNUR había concluido a finales de noviembre la asistencia ligada al retorno para unos 379.000 refugiados sirios, sobre la base de regresos confirmados o presuntos. De ese total, 45.000 personas han recibido asesoramiento, ayuda con los formularios de repatriación y subvenciones en efectivo para facilitar el viaje de vuelta, mientras que más de 2.600 han podido utilizar el transporte organizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En cuanto a Egipto, se han cerrado casi 28.000 casos de retorno desde diciembre de 2024, al tiempo que, desde Turquía, alrededor de 560.000 sirios han regresado al país durante el último año, según las cifras difundidas por la agencia de la ONU.
ACNUR ha remarcado, además, que los refugiados no deben ser forzados a regresar, insistiendo en que la seguridad sigue siendo precaria en distintas áreas del territorio sirio. A ello se suma la profunda emergencia humanitaria tras catorce años de conflicto, con un mercado laboral muy limitado y una fuerte escasez de bienes esenciales.
La salida de Al Assad se produjo tras casi catorce años de una guerra desencadenada por la violenta represión de las protestas prodemocráticas surgidas al calor de la llamada ‘Primavera Árabe’. El actual presidente de transición, Ahmed al Shara, antiguo dirigente del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), se ha comprometido a impulsar la reconstrucción del país y a reactivar una economía fuertemente deteriorada y sumida en una grave crisis.










