Volker Turk, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha emitido una fuerte condena contra las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) por cometer ‘atrocidades’, incluyendo ejecuciones sumarias, tras avanzar en diversas áreas de Sudán, como la toma de El Fasher, la capital de Darfur Norte, que ha estado sitiada durante un año y medio.
Turk ha destacado que las RSF ‘deben tomar medidas concretas urgentemente para poner fin y prevenir los abusos contra la población civil tanto en El Fasher como en Bara (Kordofán Norte), incluyendo la violencia por motivos étnicos y los ataques de represalia’, subrayando la obligación de estas fuerzas bajo el Derecho Internacional Humanitario de proteger a los civiles.
‘En El Fasher, los informes iniciales indican una situación extremadamente precaria desde que las RSF anunciaron la toma de control (…) El riesgo de nuevas violaciones y atrocidades a gran escala por motivos étnicos en El Fasher aumenta día a día. Es necesario tomar medidas urgentes y concretas para garantizar la protección de civiles y el paso seguro de quienes intentan llegar a una relativa seguridad’, expresó Turk.
La oficina de Turk ha sido informada sobre la ejecución sumaria de civiles que intentaban huir, con indicios de motivaciones étnicas, así como de personas que ya no participan en las hostilidades. Según vídeos recibidos, decenas de hombres desarmados han sido disparados o encontrados muertos, rodeados por combatientes de las RSF acusados de pertenecer al Ejército sudanés.
Se han registrado numerosas muertes de civiles, incluidos voluntarios humanitarios locales, a causa de bombardeos recientes, y ‘es difícil’ calcular el número de víctimas civiles debido al corte de comunicaciones y la gran cantidad de personas que intentan huir. También se han denunciado ejecuciones de al menos cinco hombres que intentaban llevar alimentos a la ciudad, en medio de la escasez y los altos precios.
Además, en la ciudad de Bara, capturada recientemente por las RSF tras una gran ofensiva, se han producido ejecuciones sumarias de civiles acusados de apoyar a las Fuerzas Armadas. Turk ha reiterado que el Derecho Internacional Humanitario prohíbe la violencia contra quienes ya no participan en las hostilidades y el uso del hambre como arma de guerra, instando a los Estados miembros con influencia a intensificar la presión para poner fin a este conflicto y prevenir la comisión de atrocidades a gran escala.
TEMOR A NUEVAS MASACRES
Por su parte, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha exigido respeto por la vida de los civiles y que se les permita ‘huir a zonas más seguras’ tras la ocupación de El Fasher. ‘Ante la violencia étnica en todo Darfur durante los últimos dos años y las masacres a gran escala perpetradas en Zamzam tras la toma del campamento el pasado mes de abril por las RSF y sus aliados, estamos profundamente alarmados por la posibilidad de que esto se repita en El Fasher’, advirtió el grupo.
Este mismo lunes, pacientes han continuado llegando a Tauila, a unos 60 kilómetros de El Fasher, según el equipo de MSF presente, que ha informado de que el sanatorio local está ‘saturado’. Solo en la noche del 26 al 27 de octubre, llegaron a Tauila unas 1.000 personas. En las últimas horas, unas 300 personas han sido atendidas, 130 de ellas por urgencias, y 15 han requerido intervenciones quirúrgicas de emergencia. ‘Muchas más parecen estar atrapadas en El Fasher’, destacó MSF.
La guerra civil en Sudán, desencadenada por desacuerdos sobre la integración del grupo paramilitar en las Fuerzas Armadas y agravada por la intervención de varios países, ha sumido al país en una grave crisis humanitaria, con millones de desplazados y refugiados, y ha generado alarma internacional por la propagación de enfermedades y los daños a infraestructuras críticas que dificultan la asistencia a los afectados.















