Siete víctimas mortales y veinte heridos se han registrado en la región de Kiev tras dos incursiones de las fuerzas armadas rusas esta madrugada. Los ataques han provocado importantes daños en edificaciones e infraestructuras, así como incendios.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha resaltado que el ataque más significativo se centró en la región de Kiev, incluida su capital. Además, Zelenski denunció bombardeos en Odesa que impactaron puertos y almacenes de alimentos «sin ningún propósito militar», y en otras regiones como Dnipropetrovsk, Járkov, Chernígov y Cherkasi.
«Los principales blancos fueron el sector energético y elementos vitales para la vida diaria», comunicó el presidente ucraniano a través de sus redes sociales, informando también del uso de más de 460 drones y 22 misiles de diversos tipos por parte de Rusia durante la noche.
Zelenski ha reiterado la necesidad de que sus aliados continúen proveyendo a Ucrania de equipos de defensa y manteniendo las sanciones contra Rusia. «No puede haber pausas en las ayudas. Lo más importante ahora es que todos los socios avancen juntos hacia la diplomacia, mediante esfuerzos conjuntos. La presión sobre Rusia debe dar resultados», enfatizó.
El Ministerio de Energía de Ucrania ha advertido en Telegram sobre un «ataque combinado masivo» a su infraestructura energética. Por otro lado, el Ministerio de Defensa ruso ha confirmado un «ataque masivo» con armas de largo alcance y precisión, incluidos misiles hipersónicos Kinzhal, como represalia a supuestos ataques terroristas ucranianos en territorio ruso, asegurando que «todos los objetivos han sido logrados y los objetivos designados han sido golpeados».











