Naim Qasem, líder de Hezbolá, ha comunicado al Gobierno libanés su firme decisión de mantener la ‘resistencia’ armada en tanto Israel prosiga con su ‘agresión’. Este anuncio se da en el contexto de una propuesta de desarme apoyada por Estados Unidos y el Gobierno de Líbano, que sugiere que el Ejército sea la única entidad armada en el país.
Qasem ha criticado duramente este plan, argumentando que ‘priva a Líbano, a la resistencia y a su pueblo de su capacidad para defenderse en plena agresión’. Además, ha acusado al Gobierno de ‘ejecutar una decisión estadounidense y servir al proyecto israelí, sea consciente de ello o no’.
El secretario general de Hezbolá también ha cuestionado a los políticos libaneses por aceptar felicitaciones de Benjamin Netanyahu, quien recientemente mencionó el ‘Gran Israel’. Esta declaración ha sido mal recibida por los estados árabes vecinos debido a sus implicaciones soberanistas.
A pesar de distanciarse de las posturas gubernamentales, Qasem reconoció el apoyo de Irán, tanto político como armamentístico, y criticó las acusaciones de injerencia por parte de Beirut al plan de desarme. Por su parte, el primer ministro libanés, Nawaf Salam, ha respondido que las declaraciones de Qasem sugieren una ‘amenaza velada de guerra civil’ y ha rechazado cualquier insinuación de que el Gobierno libanés esté implementando un plan foráneo.
Salam ha enfatizado que las decisiones son ‘puras y nacionales’, y ha recordado que, según el Acuerdo de Taif, ninguna entidad fuera del Estado puede estar armada. Ha hecho un llamado a Hezbolá para que no promueva actitudes que puedan incitar a la discordia en el país.