Este martes, el Tribunal Superior de Bogotá ha exonerado al expresidente colombiano Álvaro Uribe de los cargos de soborno de testigos y fraude procesal, anulando la sentencia de doce años de arresto domiciliario que se le había impuesto hace menos de tres meses. Esta decisión revierte la condena inicial relacionada con un caso que comenzó en 2012.
El magistrado Manuel Antonio Merchán ha declarado la inocencia de Uribe, criticando duramente la sentencia previa por presentar graves fallos en la evaluación de las pruebas y errores en la metodología y rigor lógico al analizar los testimonios y documentos.
Merchán ha subrayado que la jueza Sandra Heredia, quien emitió la condena inicial, se basó en criterios subjetivos y mostró un claro «sesgo» contra Uribe. Argumentó que las bases de la condena eran ambiguas y tendenciosas, y concluyó que no había pruebas suficientes para demostrar que Uribe incitó al soborno, ni tampoco para sostener la acusación de fraude procesal, absolviendo a Uribe de ambos delitos.
A pesar de esta resolución, el caso podría no estar concluido, ya que las partes tienen la opción de presentar recursos ante el Tribunal Supremo, que dispondrá de cinco años para tomar una decisión final.
En agosto, Uribe fue condenado por fraude procesal y manipulación de testigos en un caso vinculado a presuntos sobornos ofrecidos a través de su abogado, Diego Cadena, a dos paramilitares encarcelados, siendo el primer exmandatario colombiano condenado penalmente. Además, se le impuso una multa de más de 3.444 millones de pesos, alrededor de 720.700 euros.
La raíz del caso se remonta a 2012, cuando Uribe acusó al senador Iván Cepeda de buscar falsos testimonios en las cárceles para vincularlo con el origen del paramilitarismo en Antioquia, pero el caso tomó un giro inesperado cuando varios testigos afirmaron lo contrario.