La Unión Europea ha manifestado su oposición a la iniciativa de Israel de edificar más de 3.000 unidades habitacionales en Cisjordania, una acción que fragmentaría la región. Han destacado que los cambios territoriales deben surgir a través de acuerdos políticos entre los involucrados.
«La posición de la UE es que rechaza cualquier cambio territorial que no forme parte de un acuerdo político entre las partes implicadas, por lo que la anexión de territorio es ilegal según el Derecho Internacional», ha declarado Anitta Hipper, portavoz de Exteriores de la UE, en una conferencia de prensa. Además, ha enfatizado que la estrategia de asentamientos de Israel es «ilegal» y «debe parar».
Asimismo, en una nota de prensa, ha reafirmado la exhortación a Israel «para que detenga la construcción de asentamientos» y ha apelado a «desistir de esta decisión, señalando sus profundas implicaciones y la necesidad de considerar medidas para proteger la viabilidad de la solución de dos Estados».
«La política israelí de asentamientos, que incluye demoliciones, traslados forzosos, desalojos y confiscaciones de viviendas, debe cesar», recalcó la portavoz, señalando que esta construcción «cortará permanentemente la contigüidad territorial entre la Cisjordania ocupada y Jerusalén Este, así como la conexión entre el norte y el sur de Cisjordania».
Además, destacó que «estas decisiones unilaterales», sumadas a la violencia continua de los colonos y las operaciones militares, están exacerbando la tensión en la región y comprometiendo las perspectivas de paz.
Por otro lado, Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas de Israel, ha revelado un proyecto para construir más de 3.000 nuevas viviendas, como parte de un controversial plan urbanístico para conectar Jerusalén Este con el asentamiento de Maale Adumim, alegando que esta acción «entierra la idea de un Estado palestino» y forma parte de una serie de iniciativas para implementar una soberanía de facto.













