El jefe de la ONU, António Guterres, ha expresado su rechazo al “cambio inconstitucional” de gobierno en Madagascar, instando a la restauración del Estado de derecho en la nación. A su vez, Michael Randrianirina, el nuevo líder militar de Madagascar, ha declarado que los recientes acontecimientos “no es un golpe de Estado”, a pesar del exilio del anterior presidente, Andry Rajoelina, tras intensas protestas antigubernamentales.
“El secretario general condena el cambio inconstitucional de gobierno en Madagascar y pide el restablecimiento del orden constitucional y el Estado de derecho”, comunicó Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU, durante una conferencia de prensa.
Guterres ha reafirmado la disposición de la ONU para asistir a Madagascar en abordar las causas fundamentales de la inestabilidad, haciendo un llamamiento a “todos los actores malgaches, incluidos los jóvenes”. Dujarric también ha mencionado que la Unión Africana ha decidido suspender a Madagascar tras los recientes eventos, y ha destacado que cerca de 29.000 personas están enfrentando una grave hambruna, con expectativas de que esta cifra ascienda a 110.000 para principios de 2026 debido al incremento de la desnutrición y enfermedades.
Este jueves, Randrianirina ha sostenido que la situación en la isla “no es un golpe de Estado”, prometiendo un gobierno mayoritariamente civil y anunciando su toma de posesión como presidente interino. Ha indicado que no será posible organizar elecciones presidenciales en un plazo de entre 30 y 60 días, según lo establecido por el Tribunal Constitucional.
Anteriormente, Randrianirina dirigía una unidad élite del Ejército, y recientemente apoyó las protestas iniciadas en septiembre debido a cortes en los suministros básicos, culminando en la exigencia de la renuncia de Rajoelina, quien sigue insistiendo en su legitimidad como presidente, a pesar de la confirmación de su vacancia por parte del Constitucional y la posición de Randrianirina como líder ‘de facto’.