Jair Bolsonaro, el exmandatario de Brasil, desmintió el viernes ante el Supremo Tribunal Federal (STF) cualquier plan de salir del país, tras descubrirse en su teléfono móvil un borrador de solicitud de asilo político a Argentina. En esta instancia, también pidió que se anule la orden de arresto domiciliario que enfrenta actualmente.
«La autoridad policial evidentemente sabe, como es bien sabido, que para considerar la prisión preventiva, debe existir un hecho contemporáneo. Pero, aun así, solo cuentan con un documento, que reconocen como un simple borrador antiguo enviado por un tercero, además de la innegable constatación de que la solicitud no se materializó», han explicado los abogados del exmandatario en declaraciones recogidas por la Agencia de Brasil.
La defensa de Bolsonaro ha pedido la revocación de su arresto domiciliario o, en su defecto, «la resolución urgente del recurso de amparo interpuesto por la defensa el 6 de agosto», argumentando que Bolsonaro ha cumplido siempre con las restricciones impuestas, incluyendo la prohibición de salir del país y de usar redes sociales, según dicta la Corte Suprema.
Estas afirmaciones se producen después de que el juez Alexandre de Moraes, del Supremo, diera un plazo de 48 horas el miércoles para que los abogados de Bolsonaro se manifestaran sobre el documento de solicitud de asilo encontrado. A pesar de los argumentos de la defensa, De Moraes ha solicitado explicaciones por lo que considera un «comprado riesgo de fuga» y por los «reiterados incumplimientos de las medidas cautelares impuestas» y «la reiteración de conductas ilegales».
Un día antes, Jair Bolsonaro, quien está bajo arresto domiciliario desde principios de este mes, fue acusado junto a su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, por intentar obstruir la investigación que enfrenta por intento de golpe de Estado. Según la Policía Federal, se investigó cómo Eduardo Bolsonaro buscó promover en Washington represalias contra el gobierno y el poder judicial brasileños, supuestamente financiando hasta con dos millones de reales (300.000 euros) la campaña desde Estados Unidos para entorpecer el caso.
La Policía brasileña reveló que el exmandatario contempló pedir asilo político en Argentina, bajo la presidencia del también ultraderechista Javier Milei, después de encontrar en su teléfono el mencionado documento, donde afirmaba ser víctima de una «persecución en (su) país de origen por motivos y delitos fundamentalmente políticos».
















