El gobierno de Estados Unidos, dirigido por la Casa Blanca, ha expresado este jueves su disposición a implementar «medidas adicionales» para enfrentar el narcotráfico situado más allá de su frontera meridional. Esta decisión surge tras las declaraciones del presidente Donald Trump, quien recientemente manifestó su orgullo por la posibilidad de ordenar ataques contra narcotraficantes en México, a pesar de la firme oposición de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien ha reiterado que no autorizará intervenciones militares de ninguna nación extranjera.
«El presidente tiene un gran interés en adoptar medidas adicionales contra los cárteles de drogas. Ha sido muy explícito en este sentido», declaró Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, durante una rueda de prensa, donde señaló que estas medidas están siendo «constantemente analizadas» por su equipo de seguridad nacional.
Leavitt justificó este enfoque del mandatario estadounidense, recalcando que «prometió» durante su campaña electoral combatir los cárteles y elogió las «medidas sin precedentes» que ha tomado. «Y todavía tiene otras opciones sobre la mesa», añadió, sin ofrecer más detalles al respecto.
Además, la portavoz ha alabado los «avances históricos» logrados por Sheinbaum y ha destacado la «enorme cooperación» del gabinete mexicano con los esfuerzos de Trump para controlar la inmigración ilegal y el narcotráfico en la frontera sur.
Recientemente, Sheinbaum aseguró en una rueda de prensa que «no aceptamos intervenciones de ningún gobierno extranjero». «No va a ocurrir (…). No lo vamos a permitir», subrayó, indicando que la única situación en la que Washington intervendría sería bajo su petición explícita.
Trump, por su parte, ha manifestado su disposición a «estar orgulloso» de ordenar ataques contra narcotraficantes en México, como parte del despliegue militar de EE.UU. en la región. Desde el pasado septiembre, más de 20 ataques han sido llevados a cabo, principalmente contra narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, resultando en la muerte de 83 personas, según datos oficiales.










