Este viernes, las autoridades chinas han expresado su rechazo frente a la posibilidad de que los países europeos, liderados por Alemania, Francia y el Reino Unido, opten por reimplantar sanciones económicas a Irán, en un contexto de deterioro casi total de las relaciones, exacerbado por el enfrentamiento militar de junio entre Israel y la república islámica.
El trío de naciones, conocido como E3, comunicó el jueves al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, su disposición para activar el ‘snapback’, un mecanismo de restauración de sanciones previsto en el acuerdo nuclear de 2015, actualmente casi obsoleto, a menos que Irán reanude las conversaciones.
Irán ha rechazado la aplicación de este mecanismo argumentando que el acuerdo es en la práctica papel mojado, ya que sus aliados europeos no cumplieron con sus promesas de apoyo después de que el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunciase en 2018 su retirada unilateral del pacto.
Actualmente, se llevan a cabo diálogos entre Irán y Europa, aunque se han visto aún más afectados tras el conflicto de junio con Israel, donde Teherán criticó nuevamente la falta de apoyo europeo.
Lin Jian, portavoz de Exteriores de China, afirmó este viernes que su nación «siempre ha insistido en resolver la cuestión nuclear iraní de forma pacífica mediante medios políticos y diplomáticos», y por ende, «se opone a la activación del mecanismo de reinicio rápido de sanciones del Consejo de Seguridad».
«Creemos que esta medida no ayudará a las partes a generar confianza ni a superar sus diferencias, ni a impulsar los esfuerzos diplomáticos para reanudar las conversaciones pronto», declaró, según la web del Ministerio.
«En este momento, cualquier acción del Consejo de Seguridad debe contribuir a la negociación de un nuevo acuerdo, no al contrario», añadió, subrayando que China, aliada de Teherán, «desempeñará un papel constructivo para encaminar la cuestión nuclear iraní hacia una solución diplomática y negociada lo antes posible».
















