En un evento significativo que tuvo lugar en el palacio presidencial de Líbano, el presidente Joseph Aoun y el presidente de Chipre, Nikos Christodoulides, han rubricado un acuerdo para definir sus fronteras marítimas, destacando su objetivo principal de facilitar la extracción de recursos energéticos. Este pacto, largamente esperado por ambas naciones, fue oficialmente anunciado por la administración libanesa.
Durante la conferencia de prensa post-firma, ambos mandatarios subrayaron la relevancia del acuerdo para comenzar la exploración de recursos y potenciar la colaboración bilateral. Aoun agradeció a su contraparte y enfatizó que el «respeto al Derecho Internacional fortalece la amistad entre Estados». Además, destacó su importancia para futuros acuerdos bilaterales que mejorarán el trabajo de las empresas encargadas de la exploración submarina.
Aoun también hizo hincapié en el desarrollo de «proyectos conjuntos en los ámbitos de la energía, en particular las energías renovables, las comunicaciones y el turismo, así como en cuestiones de seguridad y defensa». Asimismo, extendió una invitación abierta a la colaboración internacional, recalcando que el acuerdo «no va contra nadie, no excluye a nadie ni cierra la puerta a ninguna colaboración con un vecino o socio».
Este pacto pone fin a un estancamiento que data desde 2007 y sigue a otro acuerdo firmado con Israel en octubre de 2022, con el soporte de Estados Unidos, sobre la delimitación de la frontera marítima común. Algunos grupos, como el Movimiento Amal y Hezbolá, han expresado su disconformidad con esta demarcación.
Por su parte, Christodoulides resaltó la «importancia estratégica» del acuerdo, describiéndolo como un «punto de inflexión» que concluye dos décadas de diálogo y «sella nuestras relaciones bilaterales». Además, agradeció la «voluntad y determinación políticas de Líbano» y la contribución del primer ministro Nawaf Salam, al tiempo que alabó el trabajo «metódico, con transparencia y confianza» de los equipos de negociación.









