Hace más de una década, Nayib Bukele, actual presidente de El Salvador y entonces candidato a la alcaldía de San Salvador, se comprometió a estar “del lado correcto de la historia” y no al lado de los “discriminadores”. Sin embargo, actualmente, las organizaciones LGTBI acusan al gobierno de persecución y de minimizar sus derechos en un contexto de creciente conservadurismo.
“Lo que estamos intentando es resistir, aguantar hasta donde podamos, ocultarnos cuando nos toque y si podemos migrar, migrar, porque es lo único que queda”, declaró un activista salvadoreño a Europa Press, quien prefirió el anonimato por la situación actual en el país.
Los grupos LGTBI se sienten decepcionados con la gestión de Bukele respecto a sus derechos, ya que esperaban un gobierno más centrado o incluso de izquierda, dado su origen en el FMLN. Sin embargo, tras prometer en 2014 luchar por lo que describió como los “Derechos Civiles de nuestro tiempo”, y distanciarse de los sectores más conservadores, Bukele reveló su verdadera agenda, que incluye la prohibición del uso del lenguaje inclusivo en instituciones educativas públicas.
“Entonces comenzaron los discursos antiderecho, donde el matrimonio solamente era entre hombre y mujer, que éramos antinatura, antidios, antifamilia. Los discursos fueron cambiando tanto hasta llegar a donde estamos ahora”, explicó el activista, comparando la postura de Bukele con la de figuras como Donald Trump o Javier Milei.
Con un Parlamento que le es totalmente favorable, Bukele ha implementado medidas que han revertido los avances del colectivo LGTBI. Anteriormente, aunque había dificultades para aprobar ciertas leyes, especialmente las relacionadas con la identidad sexual, existían mecanismos para combatir la discriminación.
“Para las poblaciones LGTBI no hay derechos igualitarios de ningún tipo, no hay una protección laboral, ni sanitaria tampoco”. En el pasado, como organización civil, podían realizar talleres de sensibilización en escuelas y otros centros, pero ahora enfrentan severas restricciones que incluso podrían llevar al cierre de sus organizaciones si se descubre que trabajan con menores.
La prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas es vista no solo como un asunto lingüístico, sino como parte de un discurso de odio institucionalizado. “Imagínense cómo de dañino es que un estudiante con una expresión de género diversa reciba un ataque del gobierno hacia tu mismo existir”, destacó la fuente.
“Es una situación tan horrible, creo que ni en los 70 ni en los 80 se había visto una situación de la niñez tan espantosa como la que están viviendo las niñas y adolescencia salvadoreña ahorita”, añadió.
La sociedad salvadoreña, según el activista, se está volviendo cada vez más homófoba y violenta. “Salir a la calle te pone en un gran peligro”, advirtió. Incluso durante el desfile del Orgullo de este año en San Salvador, hubo un ambiente de gran nerviosismo, sin autorización oficial y con el “miedo constante” a detenciones y ataques.
Bukele instauró el estado de excepción en marzo de 2022, tras un día con 62 muertes violentas. Aunque el crimen ha disminuido, los abusos bajo esta medida son frecuentes, como reconoció recientemente el Tribunal Supremo salvadoreño. “Corremos el riesgo de que nos señalen como personas peligrosas a la patria”, comentó el activista.
Desde su llegada al poder, Bukele desmanteló iniciativas pro-LGTBI, cerró oficinas gubernamentales relacionadas, y archivó leyes sobre igualdad y género. Esto ha llevado a una situación de “invisibilización”, especialmente dura para el colectivo trans. “Estamos hipervigilados, eso nos crea un miedo terrible (…) miedo inminente a detenciones arbitrarias (…) hay una cantidad inmensa de personas asesinadas en las cárceles de El Salvador que no sale a la luz”, concluyó el defensor de derechos humanos.
“Resistir es lo que nos toca, no podemos hacer nada ahorita”, lamentó. “No tenemos a quién acudir, ni los organismos internacionales están haciendo nada, ni siquiera la ONU”, que “simplemente se ha quedado como mero espectador frente a todo lo que está pasando (…) creo que podrían hacer más”, expresó.