El Ministro del Interior ecuatoriano, John Reimberg, ha comunicado este martes que se incrementarán en 5.000 los efectivos militares en la provincia de Imbabura, epicentro de las intensas protestas originadas por el paro indefinido organizado por grupos indígenas. Este anuncio llega tras enfrentamientos recientes entre manifestantes y autoridades que resultaron en aproximadamente 50 arrestos.
«Estaremos el tiempo necesario hasta recuperar la paz de la provincia», declaró Reimberg, según informaciones del diario ‘El Telégrafo’. Este aumento se suma al millar de efectivos ya desplegados a inicios de la semana como parte de un convoy humanitario.
Según el diario ‘Primicias’, la llegada del convoy coincidió con movilizaciones que las fuerzas de seguridad intentaron controlar usando gases lacrimógenos, provocando enfrentamientos. Hasta ahora, se ha detenido a 43 individuos, incluyendo ciudadanos de Colombia y Venezuela. Reimberg también mencionó que hay cinco agentes lesionados, uno de ellos con una herida de cuchillo en la pierna.
Por otro lado, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) ha expresado su rechazo a través de un comunicado en X, denunciando la «brutal represión» en Otavalo, con al menos 50 heridos, algunos en estado crítico, y 31 detenciones arbitrarias. «En las últimas horas, fuerzas combinadas de la Policía y el Ejército irrumpieron en barrios y comunidades, lanzando bombas lacrimógenas y granadas de impacto directamente al cuerpo y dentro de las viviendas, afectando gravemente a niños, mujeres y personas mayores», afirmó la organización.
La CONAIE también ha acusado al gobierno de obstruir el acceso a servicios médicos, acosando al personal y negando atención a los lesionados, lo que consideran una violación del Derecho Internacional Humanitario. Además, han solicitado la intervención urgente de entidades como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Naciones Unidas para verificar estas «violaciones».