El gobierno de Estados Unidos confirmó el lunes que procederá a deportar a individuos con estatus de residente permanente que están implicados en colaboraciones con la agrupación haitiana Viv Ansanm, catalogada en mayo pasado como una organización terrorista por sus supuestas conexiones con actos de terrorismo, en un contexto de escalada de violencia en Haití.
«El Departamento de Estado ha determinado que ciertas personas con estatus de residente permanente legal en Estados Unidos han apoyado y colaborado con líderes de pandillas haitianas vinculadas a Viv Ansanm, una organización terrorista extranjera haitiana. Viv Ansanm es un factor impulsor de la violencia y la criminalidad en Haití, contribuyendo a la inestabilidad de la isla», expresó el secretario de Estado, Marco Rubio.
En un anuncio posterior, Rubio destacó que «Estados Unidos no permitirá que personas disfruten de los beneficios de un estatus legal en nuestro país mientras faciliten las acciones de organizaciones violentas o apoyen a organizaciones terroristas criminales» y confirmó que «el Departamento de Seguridad Nacional puede solicitar (su) deportación».
El secretario defendió estas deportaciones indicando que «(su) presencia y actividades en nuestro país tienen consecuencias potencialmente graves y adversas para la política exterior de Estados Unidos».
«Estas nuevas medidas demuestran el firme compromiso de la Administración (del presidente, Donald) Trump con la protección del pueblo estadounidense, el avance de nuestros intereses de seguridad nacional y la promoción de la seguridad y la estabilidad regionales», agregó Rubio.
Según informes de la ONU, la violencia de pandillas en Haití ha resultado en la muerte de al menos 4.864 personas de octubre de 2024 a junio de 2025, dejando también un saldo de cientos de «heridas, secuestradas, violadas y víctimas de trata».
A principios de 2024, Haití experimentó un estallido de violencia que llevó al entonces primer ministro, Ariel Henry, a renunciar al cargo. Henry, quien había asumido el cargo en 2021 después del asesinato del presidente Jovenel Moise, fue sucedido por un Consejo Presidencial de Transición que busca pacificar el país y organizar elecciones, la primera votación en una década. A pesar de la presencia de fuerzas internacionales lideradas por Kenia, la violencia pandillera continúa sin control.













