El viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Ayman Safadi; Asaad al Shaibani de Siria, y el representante especial de Estados Unidos para Siria, Thomas Barrack, han sostenido este sábado un encuentro trilateral para abordar la situación en Siria y los esfuerzos para mantener el alto el fuego logrado esta mañana en la región siria de Sueida, donde recientes enfrentamientos entre beduinos y rusos han resultado en la muerte de más de 940 personas en una semana.
Entre los muertos se cuentan 588 drusos, incluyendo 326 combatientes y 262 civiles. Hasta 182 han sido «ejecutados sumariamente por personal de los ministerios de Defensa e Interior». Además, se reportan 312 bajas entre las fuerzas de seguridad y 21 beduínos suníes, tres de ellos civiles «ejecutados sumariamente por milicianos drusos». Otros 15 miembros de las fuerzas han fallecido en ataques israelíes.
Las autoridades establecidas en diciembre tras el derrocamiento de Bashar al Assad debido a un ataque de yihadistas y rebeldes liderados por Hayat Tahrir al Sham (HTS) han enfrentado varios problemas de seguridad, incluyendo conflictos sectarios, a pesar de las garantías ofrecidas por Ahmed al Shara, líder de HTS, previamente conocido como ‘Abú Mohamed al Golani’, para estabilizar la región.
Durante la reunión, Safadi y Barrack reiteraron su respaldo al pacto de cese al fuego y a los «esfuerzos del Gobierno sirio, así como la plena solidaridad de Jordania y Estados Unidos con Siria, su seguridad, estabilidad, soberanía, integridad territorial y la seguridad de sus ciudadanos».
Los diplomáticos concordaron en «medidas prácticas para apoyar a Siria en la implementación del acuerdo», como la movilización de fuerzas de seguridad en la gobernación, la liberación de detenidos por todas las partes, el avance en la reconciliación comunitaria, la promoción de la paz civil y la facilitación de la entrega de ayuda humanitaria.
Safadi y Barrack también celebraron el compromiso del Gobierno sirio de hacer responsables a los implicados en las ofensas contra los civiles en Sueida, y «apoyaron los esfuerzos dirigidos a rechazar la violencia, el sectarismo, la sedición, la incitación y el odio».















