El Gobierno libanés, bajo la dirección de Nawaf Salam, ha instruido este martes al Ejército para que desarrolle un plan dedicado al monopolio de armas. Esta medida busca ampliar la autoridad estatal y asegurar que no existan armas fuera del control gubernamental, especialmente considerando la influencia del grupo chií Hezbolá.
Salam ha resaltado que “son los portadores exclusivos de las armas en Líbano”, refiriéndose al Ejército, las fuerzas de seguridad, los agentes fronterizos y la Policía municipal. Después de una extensa reunión en el Palacio Presidencial de Baabda para discutir el desarme de Hezbolá, se solicitó a las Fuerzas Armadas que entreguen un plan antes de que termine el mes para implementar el monopolio de armas efectivo en 2025.
En una rueda de prensa posterior al encuentro, el primer ministro libanés declaró que su equipo ha “tomado nota” de la propuesta estadounidense para prolongar y fortalecer el cese de hostilidades de 2024, así como de los ajustes solicitados por el gobierno de Líbano.
Antes de concluir la reunión, Rakan Naser Redín, ministro de Sanidad de Hezbolá, y Tamara Elzein, ministra de Medio Ambiente del partido Amal, se retiraron del encuentro “debido a su desacuerdo con la decisión del Gobierno”, aunque permanecieron en el Palacio Presidencial.
Este anuncio llegó poco después de que el secretario general de Hezbolá, Naim Qasem, exhortara al Gobierno a tomar medidas para proteger al país de un posible nuevo ataque israelí, criticando que la prioridad de Beirut sea el desarme y no “disuadir al agresor” o la retirada de las tropas israelíes del territorio libanés.