Las autoridades de Estonia han declarado este jueves que, debido a la ausencia de «cambios políticos» significativos en Bielorrusia, han resuelto vetar indefinidamente la entrada al presidente Alexander Lukashenko y a 273 funcionarios de ese país.
El ministro de Asuntos Exteriores estonio, Margus Tsahkna, ha expresado que esta medida responde a las violaciones de Derechos Humanos en Bielorrusia y al respaldo del régimen a la intervención rusa en Ucrania, según reportes de la cadena ERR.
«Durante casi cinco años desde que se introdujeran las sanciones, no se han producido cambios positivos en Bielorrusia. No podemos ignorar la represión que sigue en marcha, por lo que las deben mantenerse indefinidamente», señaló Tsahkna.
En la relación difundida por el Ministerio de Exteriores de Estonia, se mencionan a 273 individuos, incluyendo a parientes cercanos de Lukashenko como su hijo Viktor Lukashenko, o el ministro de Exteriores, Maksim Rizhenkov, así como otros altos mandos, jueces y miembros de las fuerzas estatales.
Estos castigos fueron instaurados originalmente por el Gobierno estonio en 2020, a raíz de la represión del gobierno bielorruso contra las manifestaciones tras las elecciones presidenciales de aquel año.