Marcelo Augusto Xavier da Silva, quien lideró la agencia estatal encargada de los derechos indígenas en Brasil bajo la administración de Jair Bolsonaro, ha sido sentenciado a diez años de prisión. Se le acusa de hostigar y perseguir a líderes y grupos indígenas.
El tribunal en Amazonas determinó que Da Silva ‘intimidó y presionó’ al personal de la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai) para impulsar la aprobación de proyectos que atravesarían territorios de la comunidad Waimiri Atroari, además de acosar a organizaciones protectoras.
Da Silva solicitó a la Policía Federal la apertura de investigaciones contra empleados de Funai con el objetivo de ‘tomar represalias y presionar a sus subordinos para que avanzaran en el proceso de licitación’, ignorando procedimientos administrativos esenciales y la historia de estos pueblos. El tribunal ha rechazado estas acusaciones contra los funcionarios por considerarlas ‘infundadas’, ‘subjetivamente intencionales’ y ‘políticamente instrumentalizadas’, según informa Agencia Brasil.
Actualmente, Da Silva trabaja como delegado de la Policía Federal, pero su condena incluye la destitución de su puesto y el pago de una indemnización por daños morales de 50.000 reales (7.800 euros), aunque aún puede apelar la decisión.
Durante su gestión en la Funai, que se extendió de 2019 a 2022, Da Silva enfrentó múltiples denuncias tanto de organizaciones de defensa como de las propias comunidades que debía proteger, destacando su controvertida gestión en casos como la desaparición y asesinato del indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips.