El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha declarado la expulsión de la totalidad de la misión diplomática israelí en Colombia, como reacción al arresto de dos ciudadanas colombianas que viajaban en la flotilla Global Sumud, interceptada cerca de la Franja de Gaza mientras llevaba ayuda humanitaria.
“Han sido detenidas en aguas internacionales dos ciudadanas colombianas que estaban en actividades de solidaridad humana con Palestina. Si es cierta esta información, hay un nuevo crimen internacional de (el primer ministro israelí, Benjamin) Netanyahu”, afirmó Petro en su perfil de la red social X, donde comunicó la expulsión de “toda la representación diplomática de Israel en Colombia”.
Además, el mandatario instó al Ministerio de Exteriores a presentar “todas las demandas respectivas, incluso en la Justicia israelí”, y ha solicitado la colaboración de abogados internacionales para apoyar esta causa junto a juristas colombianos.
Petro también ha mencionado la cancelación inmediata del Tratado de Libre Comercio con Israel, en protesta por la ofensiva militar de ese país en Gaza, donde se reporta la muerte de más de 66.000 palestinos. En la misma red social, Petro expresó brevemente su esperanza en una propuesta de paz de Donald Trump, pero lamentó que no era viable dadas las circunstancias.
“Aquí Israel pone presa en aguas internacionales a la sueca Greta (Thunberg) y a sus compañeros y solo pretendían llevar comida a la gente que quiere un gobierno totalitario que muera por inanición”, comentó Petro, añadiendo que Netanyahu “demuestra su hipocresía mundial y el porqué es un delincuente mundial que debe ser capturado”.
El Ministerio de Exteriores de Colombia ha denunciado el “secuestro” de las activistas Luna Barreto y Manuela Bedoya por parte del Ejército israelí, exigiendo su inmediata liberación y la de todos los miembros de la flotilla, además de instar a la acción urgente de otros países involucrados para proteger la vida de sus ciudadanos.
Por su parte, el Gobierno de Chile ha expresado su “grave preocupación” y ha pedido el respeto irrestricto de las leyes internacionales. Asimismo, el presidente de Bolivia, Luis Arce, ha condenado la “brutal agresión” israelí, calificándola de “acto de violencia inaceptable” y ha instado a la comunidad internacional a no ser cómplice con su silencio.