El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha manifestado su disposición para dialogar con naciones mediadoras en busca de alcanzar una nueva pausa en los combates en la Franja de Gaza, que enfrenta una ofensiva militar de Israel tras los incidentes del 7 de octubre de 2023. Sin embargo, ha aclarado que actualmente no se ha programado ningún encuentro.
‘Los contactos con los mediadores no se han detenido y no tenemos objeciones a un encuentro’, declaró Taher al Nunu, asesor clave del grupo. ‘Sin embargo, no hay acuerdo para un nuevo encuentro en estos momentos y no sentimos que la ocupación –en referencia a Israel– sea seria a la hora de lograr un acuerdo que ponga fin a la agresión y a la guerra’, añadió.
En una entrevista para el periódico egipcio ‘Al Shorouk’, Al Nunu precisó que ‘los mediadores en estos momentos son únicamente los hermanos de Egipto y Qatar’, excluyendo a Estados Unidos debido a su ‘total coordinación entre Estados Unidos e Israel sobre todos los aspectos, especialmente porque le cubre las necesidades logísticas para completar la guerra’.
‘Incluso dan cobertura política en todos los foros internacionales, especialmente con su veto en el Consejo de Seguridad (de Naciones Unidas)’, explicó, señalando que Hamás piensa que Washington ‘es la única parte capaz de forzar a (el primer ministro de Israel, Benjamin) Netanyahu para que ponga fin a la guerra, en caso de que quisiera hacerlo, lo que ha quedado demostrado con la experiencia de la guerra con Irán’.
Al Nunu también defendió que Hamás ‘ha sido serio desde el principio a la hora de lograr un acuerdo que incluya cuatro puntos: un alto el fuego, la retirada (de las tropas israelíes) de Gaza, la entrega de ayuda y la reconstrucción, y un intercambio de prisioneros’, refiriéndose a la liberación de rehenes capturados durante los ataques del 7 de octubre de 2023 a cambio de palestinos encarcelados en Israel.
‘El enemigo no tiene intención de detener la guerra. Quiere a los prisioneros (los rehenes) y luego vuelve a su guerra de agresión. No quiere un alto el fuego, ya que Netanyahu es consciente de que eso significaría el fin de su futuro político y el colapso de su Gobierno’, argumentó Al Nunu, quien acusó a Israel de presentar modificaciones inaceptables a la propuesta del enviado de Estados Unidos para Oriente Próximo, Steve Witkoff.
Por tanto, recordó que Hamás ‘aceptó’ el documento de Witkoff, pero entonces ‘recibió unas enmiendas de la ocupación que socavaron totalmente el documento y lo convirtieron en otra cosa’. ‘Por ello, rechazamos las enmiendas israelíes, que quitaron al documento cualquier contenido positivo. Los mediadores son conscientes de ello’, subrayó.
‘Los intentos de Netanyahu de doblar la mano a Hamás son flagrantes y conocidos y la sociedad israelí es consciente de ello. No quiere resolver el asunto de los prisioneros, no quiere una retirada (de sus tropas) y no quiere un alto el fuego, dado que es la justificación para su presencia en el poder’, reiteró Al Nunu, insistiendo en que para Hamás lo más importante es que el acuerdo contemple ‘el fin de la guerra’.
‘Queremos claramente un fin permanente a la guerra y la agresión. Si esta cláusula o algo que lleve a ella está disponible, estamos preparados’, esgrimió, enfatizando en la necesidad de garantizar una entrada de ayuda humanitaria ‘en cantidad suficiente’ para enfrentar la severa crisis humanitaria en la Franja debido a la ofensiva y el bloqueo israelí de bienes al enclave.
‘El problema es que no hay una decisión ni una voluntad política por parte de la ocupación a la hora de terminar la guerra. El problema no es la resistencia. El problema es la continuación de la ocupación. Cuando termine la ocupación no habrá necesidad de resistencia’, concluyó, aludiendo a las demandas sobre un desmantelamiento de Hamás para dar este paso y terminar el conflicto.
La ofensiva contra Gaza, impulsada en respuesta a los ataques del 7 de octubre de 2023 –que dejaron aproximadamente 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados, según cifras del Gobierno israelí–, ha causado hasta ahora la muerte de más de 56.500 palestinos, según han denunciado autoridades del enclave palestino, aunque se teme que el número real sea mayor.
















